CAPITULO TREINTA Y TRES

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CAPITULO TREINTA Y Y TRES 

RUEDA DE LA FORTUNA

Para cuando Remus llegó a la habitación, James, Sirius y Peter estaban discutiendo sobre algo que al licántropo no le interesó, se sentía tan agotado y cansando mentalmente que ni siquiera quería discutir con ellos, sin embargo cuando alzó su mirada y vio a Sirius, los tres se callaron de repente. El azabache tenía unas suaves y oleas ojeras debajo de sus ojos grises, parpadeó y Remus achiquitó la mirada, todo el rencor y la rabia se fundieron en su cerebro. Maldito Black. Maldito Sirius Orión Black.

¿Por qué tenias que hacer eso... si yo te quiero tanto? Lo jodiste todo para mi...

– Moony, lo lamento... – musitó Sirius, muy bajito.

Remus lo miró fijamente y a Sirius le provocaba escapar, pero se quedó allí, tieso en su lugar. James carraspeó. En cualquier momento, Remus le podría enviar una maldición a Sirius por la forma en que lo miraba.

– Moony, estamos alistando para el viaje – le dijo un poco más alegre para disipar el ambiente sofocante. – Pensamos alistar tu equipaje pero supuse que querías hacerlo tu, entonces...

Remus dejó de mirar a Sirius y se digirió a su propia cama – No iré con ustedes.

– ¿Por qué? Ya teníamos todo planeado – dijo James, afligido – Vamos, Moony...

– No. – gruñó sentándose en la cama – No pasaré vacaciones con él, ya es suficiente tener que compartir habitación.

Sirius se encogió con cada palabra, ni siquiera era capaz de mirar a Remus, se había alejado lo suficiente hacia su baúl para seguir empacando en absoluto silencio. Remus se sentía mal, se sentía decaído, odiar a Sirius era una tarea rigurosa, todavía peor hablarle mal.

– Moony... – James miró a Sirius, les había dado la espalda, luego a Remus – Vamos, no puedes ir a Gales tu solo.

Remus se cruzó de brazos – No iré a Gales, mi padre no esta. Me quedaré aquí.

– Con mayor razón, ven conmigo – prefirió no decir "nosotros" debería evitar mencionar a Sirius con Remus.

– No.

– Moony...

– No, James, no – gruñó Remus.

El de anteojos asintió apesadumbrado. Peter miró a Remus.

– Puedes venir conmigo y mi familia, estarán encantados de conocerte – ofreció

– No, Pet – Remus trató de sonreírle – No hay problema en quedarme aquí, enserio.

Peter asintió, y Sirius después de empacar salió rápidamente de la habitación... Remus ni siquiera lo miró cuando se marchó, seguía leyendo su libro de Jane Austen.

– Remus, ¿nunca lo vas a perdonar? – preguntó James

Remus suspiró – No.

– Moony, somos mejores amigos...

– Justamente por eso, James – replicó Remus bajando el libro para poder verlo – Se supone que los mejores amigos no se hacen estas cosas. Yo nunca expondría un secreto de ustedes, antes muerto.

James respiró hondo asintiendo, sabía que era perder el tiempo tratar de discutir con Remus algo así, Sirius había sido un completo imbécil, él tendría que asumirlo. Un día después, James y Sirius se plantearon en frente del comedor de Gryffindor donde Remus desayunaba mientras leía el periódico matutino.

THE WOLF HOWLING AT THE STARS - WOLFSTAR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora