RB| donde los jóvenes pertenecientes a la elite desafían las normas y se enfrentan a la adolescencia en su estadía en el internado más prestigioso del país.
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donde Nina Martinelli intenta sobrevivir su adolescencia entre amores, musica y rebeldía...
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────・:✧∙✦∙✧:・──── Sin Lupe, los problemas siguen ────・:✧∙✦∙✧:・────
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León Bustamante logró ocultar bien la molestia que el polémico trabajo de ética le había causado, pero, una vez estuvo a solo con Pascual Gandía en su despacho, la máscara que vestía muy bien cayó y dejó expuesta la verdadera reacción que yacía en la seriedad de su rostro. Fue mientras los muchachos de cuarto año vitoreaban el nombre de la valiente Roberta Pardo, que Nina Martinelli cayó en cuenta de el lío en el que acababa de meterse su nueva mejor amiga, pues tras ellos y sombríamente, tres hombres vestidos de negro y bajo la orden del secretario se acercaron para bajar a la revolucionaria de arriba de la mesa y acercarla a León Bustamante, que la esperaba unos pasos más adelante para llevarla a hablar en privado.
Y cuando pensaban que las cosas no podían ponerse peor, llegó Teo con su peculiar tartamudez y un papel entre las manos. Tal objeto llevaba impregnado en él la marca de la logia; una agrupación que se encargaba de atormentar a los alumnos becados, que causaba revuelo entre los alumnos y no movía ni un pelo de los directivos, quienes ignoraban su existencia y sus consecuencias.
Tal hecho desembocó en la destrucción de los útiles de Miguel Arango, tristemente el muchacho de orígenes humildes parecía ser la nueva víctima de la logia. Lo que nos llevaba a la conversación que estaba manteniendo el reducido grupo de compañeros.
—De verdad que aquí todos son unos hipócritas eh, no es posible, admiten a los becados pero les cobran los útiles como si cotizaran en la bolsa los pobres o yo no se. . .
Roberta llegó hablando por lo alto y con José Luján tras ella, para que luego ambas tomaran asiento en la mesa en la que Nina se sentaba por su cuenta. Ella levantó su mirada de la revista que ojeaba con interés y la cerró para dejarla frente a ella encima de la mesa, luego suspiro desanimada por la actual situación que pasaba el joven novato.
—Solo mira las fachas de este colegio y el títere que lo dirige y el cuento se cuenta solo, eh —la castaña rodó sus ojos.
—M-Miguel n-no va a poder reponer todas sus cosas que le destruyeron —aportó Teo, que se encontraba de pie junto a la silla de Nina, en medio de ella y Roberta.
