22|| Los Bustamante

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Los Bustamante
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Nina Martinelli estaba segura de que la vida la odiaba.

O bueno... eso parecía.

¿Cómo podía pensar que el universo, Dios o cualquier fuerza que moviera al mundo conspiraba a su favor? Era imposible. Sobretodo, porque todo en su vida iba en picada. Y no solo ese año, más bien su caída venía tomando carrera hacía ya tiempo.

Comenzando por su vida familiar, o más bien su NO vida familiar, estando lejos de su hermana y hermanos, con una madre que la rechazaba cada vez más y un padre al que solo parecía importarle su trabajo. Pasando por la pérdida de amistades que había obtenido a duras penas en sus primeros años en él Elite Way School. Siguiendo con su revelación, cambiando su estilo y forma de ver la vida y, a su vez, la percepción que tenían los demás con ella. Hasta la mera existencia de Diego Bustamante, que se esforzaba todos los días por hacerla un poco más infeliz. Todo, todo, todo, todo estaba mal.

Nina llegaba a pensar que lo único bueno que le había sucedido en los últimos años era la llegada de Roberta Pardo, Lupita Fernandez y José Lujan Landeros a su vida. Y... solo eso, solo eso había de bueno en su vida actualmente.

Ahora, desde la comodidad de su lujosa casa, en su lujoso cuarto, Nina pasaba de canal en canal con el control remoto y su televisión. Hace ya algunas horas Alonzo la había dejado en su casa, luego de decirle que su padre había pedido expresamente que Nina pasara aquel fin de semana en su casa. Y Nina había tenido un ápice de esperanza de que su padre quisiera pasar tiempo con ella, pero al final del día era solo ilusión, pues más bien quería hablarle de la editorial y como se desarrollaría la nueva temporada.

Su madre aún no volvía de el "corto" viaje que debía realizar, luego de prometerle que no viajaría hasta que ella terminase sus estudios, pero ya a ese punto Nina no podía creerle ni una sola palabra.

Como ya era costumbre, el sonido de su teléfono interrumpió el momento de crisis existencial que estaba teniendo, logrando que se sobresaltara.

—¿Bueno? —contestó de mala gana.

—¿Así le atiendes el teléfono a todos? Chale, y yo que pensaba que ya eras un poco normal —escuchó la voz de un ser maligno.

Rodó sus ojos mientras bufaba—. No, solo que mis sentidos anti-idiotas me informaron que me llamarías y pues, te quería hacer saber como me siento con una llamada tuya, chistosito.

—Que angelical eres, bonita, siempre me sorprendes —juro que podía sentir como estaba sonriendo desde el otro lado de la línea.

—Ya, Bustamante, al grano, ¿que quieres? —exigió saber.

—Ah, si. Pues, ¿qué crees? La cena de mañana se canceló —Nina comenzó a sonreír—. Ahora es una comida, así que quiero que seas puntual.

Su sonrisa cayó en un segundo, repentinamente sintiendo las ganas de ahorcar a un junior.

rebel beauty | rbdWhere stories live. Discover now