IMPERIO 76.

235 10 0
                                    

Hats.

Rasguño la espalda de Aidan en un gesto de desesperación mientras se hunde en mi interior después de haberme hecho humedecer hasta el punto en el que me encuentro: desesperada y ansiosa por volver a sentirlo.

Pasaron siete semanas de cuarentena. Nuestra pequeña Addie es una preciosa bebé un poco más despierta y Candace nos dio autorización de regresar a nuestra vida sexual.

Samadhi está pasando la noche con mi papá y Sandra se llevó a Addie para que pudiéramos estar solos toda la noche. Obviamente después de haber dejado un considerable suministro de leche materna en biberones. Mientras yo pueda amamantarla o usar la bomba, mi hija no va a tomar formula de ningún tipo. No lo hice con Samadhi, tampoco lo hare con Addie.

Empuja una vez más hacia mí entrando por completo. Arqueo la espalda y el gemido que sale de su boca me eriza la piel. Pase por dos partos vaginales, por diez centímetros de dilatación para poder dar a luz. Y, aun así, sigue siendo ligeramente doloroso; más después de casi ocho semanas sin haberlo sentido en mi interior.

Mi mente, mi corazón, mi cuerpo, pero sobre todo mi vagina aclamaban por él, por sentirlo nuevamente en mi interior. Por tenerlo nuevamente debajo, arriba y detrás de mí. Sus labios por supuesto que no los extrañaba, pues siempre estuvieron para mí y en alguna parte de mi cuerpo haciendo más difícil para ambos esperar a que mi cuerpo se recuperara del parto.

—No cierres los ojos. — Susurra dejando un húmedo beso en mi cuello.

Se incorpora y siento sus manos en mi cintura, pero aun así no soy capaz de abrir los ojos. Mientras sus embestidas siguen siendo lentas, pausadas y profundas soy incapaz de hacer lo que me pidió. El contacto de sus manos en mis piernas me vuelve a erizar la piel, me acelera el corazón y solo lo necesito más adentro. Y cuando comienza a deslizarse con mayor facilidad por mi creciente humedad, aumenta el ritmo llegando a ese punto profundo que solo él es capaz de llegar.

Desde esa primera vez, desde la primera vez que le entregue mi cuerpo no solo le entregue mi virginidad ''común'', sino que no quedo ni una sola parte virgen en mi interior por la profunda dolorosa y deliciosa intrusión; que, a pesar del tiempo, no cambia.

Entonces si abro los ojos para encontrarme con una imagen perfecta. Con una imagen que jamás me voy a cansar de ver y que muchas veces me acompaña en mis sueños, o simplemente tengo que cerrar los ojos para verla. Aidan aprieta la mandíbula con fuerza e inconscientemente ambos bajamos la mirada hacia nuestros cuerpos unidos; y todo explota.

Cuando recupero un poco el control de mi cuerpo y comienza a recibir órdenes de mi cerebro, le rodeo la cintura con mis piernas encontrándolo en el camino y entonces ambos perdemos el control. El enorme deseo y ansia por volver a estar así aumenta y volvemos a ser nosotros mismos.

Hace ademán de cubrir mi boca para ahogar mi grito contra la palma de su mano, pero supongo que recuerda que Samadhi no esta y desiste de la idea dejando que suelte el grito y gemido que tanto necesitaba.

Enterrando mis perfectas uñas en forma de almendra en su trasero lo obligo a que introduzca hasta el último centímetro de su pene en mi interior. Me muerdo el labio inferior cuando ya no hay ni un solo milímetro de espacio en mi canal vaginal, cuando me llena por completo y el ligero dolor que me hace temblar se hace presente, hago todo lo posible por no demostrarlo o se va a detener.

Levanta mi pierna derecha poniendo su brazo detrás de mi rodilla y aunque ya no hay nada que introducir — mucho menos espacio —, pero le da oportunidad de hacerlo con más rapidez obligándome a aferrar mis uñas en sus hombros y bajarlas hasta sus antebrazos.

Tenso mi interior robándole un gemido que me sube el éxtasis a mil por ciento y para frustrarme sujeta mis manos con su mano libre a la altura de mi cabeza. Se mueve al punto en que raya la violencia y me roba la respiración, los latidos de mi corazón y mis signos de inteligencia. En mi cabeza solo existen sus profundas y rápidas embestidas que me elevan a lo más alto posible y no quiero bajar de ahí.

AIDAN. (Imperio #3)Where stories live. Discover now