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Y los libros y no mentían al decir que las habitaciones de los alumnos de Slytherin eran las más deslumbrantes, ante de lo que implicaba la palabra "mazmorra", tenían una de las vistas más hermosas que alguien podía darse el lujo de admirar, tanto así que las palabras no le hacían verdadera justicia la majestuosa mazmorra.

El verde era el color que reinaba en las mazmorras, un verde que yacía en un sinfín de tonalidades, siendo el verde esmeralda el que reinaba sobre los demás tonos, dada su connotación elitista, al ser comparado con el color de las joyas, junto al color negro eran los colores que inundaba la sala y los suelos de la mazmorra.

A pesar del lujo, aquel lugar tenía un misticismo que te hacia girar la cabeza un sinfín de veces, alerta, tal como si la propia mazmorra te alertara de un peligro inminente... junto a la terrible sensación helada, que la polluela podría comparar con la de una nevera, si ya de por si Escocia es un país frio en las temporadas de otoño e invierno, el hecho de tener que pasar el día a día en la mazmorra de un enorme castillo era día tras día peor.

Pero ni el congelarse en vida o la posibilidad de perder una extremidad por el frio, era un impedimento para que la de plumas doradas se alejara de la enorme ventana.

Cada vista y movimiento en el lago era sublime, ciertamente no entendía como la gente de Slytherin podía ignorar tal espectáculo, quizás el dinero o el ¿Qué dirán? era lo que les apartaba de disfrutar de aquellos lujos mundanos, si, quizás era eso; ambición, astucia, determinación e ingenio, cuatro simples palabras que debían encasillar a cualquier individuo que portara el uniforme verde para que se le considerara un digno Slytherin, pero ¿valía el esfuerzo?

Personajes como Snape habían perdido todo por esas reglas, razón por lo que en su otra vida siempre estuvo en contra del sistema de Howgarts, separar alumnos por "cualidades" era una pésima estrategia para "unir" solo generaban odio y desprecio a los que eran diferentes.

Sus ojos suavemente divagaron entre la cristalina agua del lago, el aleteo de una sirena la hizo retroceder un poco, impactada, llegando a si a una conclusión, de ser ella una alumna más, seguramente reprobaría por estar embelesada por la vista... tanto que seria la culpable de que los directivos taparan las ventanas del ojo estudiantil.

Hasta cierto punto entendía a los magos, ella a comparación de ellos era una extranjera por lo que el aleteo de una sirena resultaba en una experiencia única e irrepetible.

Mágico... Y sublime al ver como especies que para ella eran desconocidas convivían en paz y armonía con las especies sin magia, esa era la visión que los magos como Dumbledore tenían de la sociedad, un mundo donde no importa si tienes magia o no, todos brillan por si solos, un mundo donde una carencia no impide que logres tus sueños.

Una idea hermosa, pero siempre estaba el idiota de turno queriendo destruir todo a su paso, inconscientemente su mirada se aparto de la ventana y sus ojos oscuros se posaron en el mago que en el futuro sería un genocida.

Tom Marvolo Riddle o quizás debería decirle el sujeto que "¿A dónde tan peinado va...?" su compendio de chistes contra los calvos tendría que parar por ahora, aunque era consciente de que los guardaría para el futuro, ya que, por ahora el ordenado y rizado cabello del mago eran envidiables, hasta para ella, que tenía unas plumas, que, por palabras de su sagrada madre, que era toda una víbora sisañosa, admitía que eran muy suaves, tanto que se veía tentada a arrancárselas para hacer una lujosa almohada de plumas.

Si... esa era su madre en esta vida, una "mujer" o quizás debería llamarla serpiente elitista, al menos no se podía quejar de ser una huérfana de nuevo, al menos esta vez era querida.

Aradia, como aquel mago tenebroso la había nombrado, no demoro en acurrucarse sobre la frívola madera de la ventana, desde que había sido secuestrada de su hogar, la cámara de los secretos, el mago no demoro en volver a su habitación, literalmente la había lanzado sobre la cama, tal como si no pudiera romperle una pata o hueso... para poco después postrarse en su escritorio entre una enorme pila de libros y olvidarla por completo (para su suerte).

//Cancelada// Reencarne en Harry Potter como... un pollueloKde žijí příběhy. Začni objevovat