09

1.1K 132 35
                                    

El suave pestañeo de la chica era desesperado, el agua teñida de un rojo rubí la había bañado por completo, por lo que incluso aquel liquido viscoso de la sangre amenazaba con adentrarse en sus corneas y boca dejándole un sabor metálico en la misma.

Consternada se encontró recostada en la penumbra, el frio lentamente comenzaba a erizar sus pequeños y delicados vellos corporales, pero ¿Por qué hacía tanto frio? Se cuestiono levantando su torso, quedando sentada.

Anonadada observó las cuatro paredes de aquella fría habitación, sin ventanas, ni una fuerte de luz y sin ignorar el fétido hedor que emanada aquella habitación, como si de un frio ataúd se tratara, sin comprender en donde estaba ella intento buscar una salida, pero rápidamente se dio cuenta que aquel lugar era lo más parecido a la torre de Rapunzel antes que un ataúd, paredes que eran altas e imponentes, pero era claro el deterioro de aquel lugar, para ella era fácil recrear aquel espantoso lugar que años atrás había sido olvidado y convertido en esto, una prisión, aquellas paredes de piedra rugosa, que habían intentado destruir con lo único que podrías encontrar en ese lugar, uñas, huesos y carne pútrida.

Asqueada la joven de cabellos carmín aparto la mirada de los restos humanos, enfocando su cordura en los rasguños resaltaban en cada centímetro de la habitación, era claro que no era la primera persona confinada en ese lugar, cosa que la aterro aún más.

Su respiración no demoro en acelerarse por lo que desesperada intento levantarse, acción que resulto imposible, el sonido de las cadenas que la ataban al suelo resonó combinado con el sonido chicloso de la sangre coagulada que aun yacía en el suelo.

Sus manos temblorosas no dudaron en aferrarse a dicha cadena e intentar arrancarla de sus tobillos, intento tras intento sus manos se resbalaban por la viscosidad del fluido que lo cubría, pero estaba determinada.

De pronto una risa seca la detuvo en el acto y ella solo pudo cerrar sus ojos con fuerza en signo de derrota, no estaba sola.

Pronto el sonido de pisadas sobre aquellos chiclosos y húmedos charcos carmín resonaron y ella abrió los ojos y le busco entre la eterna nada, le vio frente de ella, de pie, cubierto de pies a cabeza por una larga capucha negra y una máscara blanquecina que cubría su rostro, aquella persona, si se le podía llamar a eso persona, era alta, tal alta que parecía sufrir alguna delgadez extrema, no dudo en caminar directo a ella.

Aquella mascara era como el mármol de las esculturas griegas, de la cual una mirada soberbia se escapaba, deleitada por tenerla a sus pies o quizás ese deleite era por lo que a continuación ocurrió.

La chica de cabellos rojo fuego no demoro en dejar escapar un grito que fue ahogado por las largas, pálidas y heladas manos del ser, aquel par de manos se había aferrado violentamente contra su cuello estrangulándola.

La repentina carencia de oxigeno en su cuerpo provocó que su cuerpo reaccionara por sí solo estremeciéndose ante el frívolo tacto del ser y ella lucho por intentar rescatarse a si misma, con sus delgadas manos intento apartar aquel ser que se deleitaba con la visión de ella retorciéndose y con los ojos ligeramente llorosos.

Pero aquel ser era mas fuerte por lo que en poco tiempo se encontró a si misma sometida y con una quemazón intensa en su pecho, junto con un sofocante calor que invadía su cabeza, provocando que cada vez resultara mas complicado enfocarse en sus brazos que golpeaban al humano que la atacaba.

Repentinamente su par de pálidas manos atinaron a golpear aquella mascara que ocultaba la identidad de su atacante y este, consternado por el acto de la chica aflojo su mortífero agarre del mallugado cuello de su víctima.

Arrastrándose la chica logro apartarse de su pasmado atacante, la tos era frenética y su respiración era violenta, por lo que no se percato del momento exacto en el que el ante volvió en si y giro su rostro en su dirección y aquel par de ojos color rubí la enfocaron.

//Cancelada// Reencarne en Harry Potter como... un pollueloWhere stories live. Discover now