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Dean fue quien se movió primero para ver si su hermano estaba bien antes de levantarse, tuvo que intentarlo dos veces antes de tener éxito, todo su cuerpo se sentía pesado y su cerebro le estaba pidiendo que buscara un lugar seguro para descansar. Con pasos calculados se acercó a Castiel que sostenía el cuerpo inconsciente de Jack en sus brazos, tras un segundo vistazo se dio cuenta que el nefilim aún respiraba, lo que hizo suspirar de alivio. El ángel tenía sus ojos pegados en el cuerpo sin vida del arcángel junto a ellos, Dean podía jurar que la mente de su amigo estaba en las nubes, claro que Castiel si tenía la mente en las nubes en esos momentos.

El radio de los ángeles estaba lleno de voces, ángeles celebrando la muerte de su "enemigo", pero Castiel no lo pensaba de esa forma. Las palabras de su hermana se habían instalado en su mente y no dejaban de reproducirse una y otra vez. ¿Acaso tenía razón? No podía ser, ¿O si?

—¿Cas?—Dean intentó llamar la atención del ángel—Castiel.

—¡Dean!

La voz de Sam le hizo apartar la atención del ángel, su hermano estaba mirando hacía la entrada del callejón mientras intentaba levantarse, el sonido repentino de perros gruñendo y ladrando llenando el silencio tenso que se había posado sobre ellos.

—Son sabuesos del infierno, hay muchos de ellos—anunció el ángel recorriendo el lote baldío con su mirada—, no parecen querer atacar.

—¡Sammy no te muevas!—le gritó Dean tras escuchar las palabras de Castiel.

Los tres se quedaron quietos en sus lugares tratando de pensar en una salida que les evite convertirse en comida de sabueso del infierno, pero nada se les ocurría, sabían que era difícil huir de ellos una vez tenían a su víctima. Su única salvación era despertar a Jack y que los sacara de ahí volando, pero el nefilim no daba señales de despertar pronto. Castiel sacó su espada y la sostuvo con fuerza, listo para cualquier ataque repentino, pero los sabuesos solo estaban caminando por el lugar como si estuvieran en el patio de su casa, ninguno mostraba interés por ellos. 

De repente los sabuesos comenzaron a aullar y una pared de fuego los rodeó bloqueando todas sus posibles salidas, el aullido de los sabuesos se sentía como miles de agujas siendo incrustadas en el cerebro de los hermanos. Ambos humanos tuvieron que recurrir a cubrir sus oídos para tratar de bloquear el sonido, pero les era imposible dejar de escucharlo, a ese punto era como si estuviese grabado en sus cerebros. Por otro lado, Castiel no se vio afectado por el sonido, en cambio parecía estar completamente ajeno a los aullidos que atormentaban a los humanos. El ángel se encontraba confundido por la forma en la que Sam y Dean estaban casi retorciéndose de dolor, pero no pudo darle mucha atención a ese suceso gracias a la figura que apareció en medio del fuego.

La pared de fuego que los rodeaba bajo su intensidad dejando ver a una mujer vestida de negro, mujer que camino sobre el fuego como si este no existiera. Castiel apretó el cuerpo de su hijo contra el suyo, su instinto paterno haciendo aparición, la necesidad de proteger a Jack nublando su mente. Los sabuesos a su alrededor comenzaron a hacer una especie de reverencia a medida que la mujer caminaba entre ellos, Sam y Dean rindiéndose al dolor que los atormentaba, ambos cayendo inconscientes al suelo.

—No tienes que tener miedo, mi ángel—sin darse cuenta la mujer estaba frente a él obligándolo a levantar la cabeza para poder verla.

Ojos rojos lo recibieron. Ojos rojos y una sonrisa que casi se asemejaba a la de una madre.

—No voy a hacerte daño—la mujer se arrodillo para estar a su altura, sus manos cálidas tocaron el rostro del ángel como si de porcelana se tratase.—Oh, cielo, has sufrido tanto.

—¿Quién eres?

Castiel observó como la sonrisa en el rostro de la mujer flaqueo al mismo tiempo que sus ojos dejaban de brillar con aquel rojo que comenzaba a hacerse algo familiar.

—Muy dentro de ti ya tienes la respuesta.

Entonces dejó ir el rostro del ángel poniéndose de pie nuevamente, los sabuesos también volvieron a levantarse de su reverencia. El ángel dio una mirada rápida a todo lo que le rodeaba y sólo entonces se dio cuenta que el fuego no era cualquier fuego.

—Fuego del infierno—notó, era la segunda vez que veía fuego del infierno.—Eres ella.

—Eres más inteligente de lo que pareces, es una lastima que no sepas usar esa inteligencia cuando es necesario.

—¿Te refieres a Aurora?—su mirada volvió a caer sobre el cuerpo sin vida de su hermana.—Quería destruir el mundo.

—No todo es lo que parece, Castiel, debieron hacerle caso.

La espada de Aurora, que estaba incrustada en el abdomen del arcángel, desapareció con un solo chasquido de la mujer frente a él. Castiel miró en silencio como ella se alejaba sin decir nada más, los sabuesos siguiéndola de cerca, como si estuvieran protegiéndola. Eso era lo que estaban haciendo, protegiendo a su reina.

—¿Castiel?—la voz aturdida de Jack le hizo apartar la mirada de lo que estaba sucediendo.

—Jack, estas bien—el alivio era evidente en la voz del ángel que no dudo en abrazar a su hijo—, pensé que no ibas a despertar.

—¿Qué demonios sucedió?—Dean se sentó en el suelo sosteniendo su cabeza.

—Aurora está muerta—anunció Castiel.

—¿Dónde está la espada?—cuestiono Sam dándose cuenta que faltaba el arma que tanto les costó encontrar.

—No lo sé, estaba...—el ángeles se interrumpió a sí mismo buscando en su memoria—No lo sé, estaba aquí.

Los cuatro compartieron una mirada de preocupación, la espada era peligrosa y si alguien la había tomado podrían estar enfrentándose a una nueva amenaza. Aunque Castiel dudaba que ese fuera el caso, en su interior algo le decía que todo iba a estar bien, pero no sabía qué era eso.

Claro que la sensación de estar olvidando algo importante no ayudaba para nada. Si tan solo pudiera recordar, pero no podía hacerlo, en su mente solo estaba el recuerdo de la muerte de Aurora a manos de Jack. No estaban los sabuesos, tampoco estaban las manos cálidas que sostuvieron su rostro y los ojos rojos que le resultaban familiares.

FIN.

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Con la aparición especial de

kat denning como nealie,
la reina de los sabuesos del infierno.

kat denning como nealie,la reina de los sabuesos del infierno

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the first archangel. ( supernatural )Where stories live. Discover now