— ¿Nuestra madre se encuentra bien? — Irina empujó a su hermano para ser ella quien estuviera frente a mí.
¿Cómo era posible que los hijos de Dalila fueran adultos si ellos apenas eran preadolescentes?
Imposible, era absurdamente imposible.
— ¿Viajero? — Irina volvió a preguntar.
— Imposible. — Susurré y lentamente comencé a reírme.
— ¿Qué le sucede? — Murmuró la supuesta hija de Dalila.
— Es imposible que ustedes sean hijos de Dalila...— Sus ceños se encontraban fruncidos y el hermano de ella la tomó del brazo, alejándola de mí. — Es imposible porque sus hijos son apenas unos niños.
— ¿Hijos? — Un tercer hombre ingresó a la especie de oficina.
Ese... A ese sí que no podía negarle el parecido que tenía con Niels, el hijo mediano de Dalila.
— Déjenme adivinar. Si ella es Irina ustedes deben ser Einar y Niels, ¿no? — Murmuré con sarcasmo.
— ¿Quién es y cómo sabe mi nombre? — Debía admitir que las palabras del hombre rubio me habían erizado los vellos de la nuca.
— Es un viajero y conoce a nuestra madre. Nos conoce, a nosotros de niños. — Respondió la Irina adulta y medieval, quien parecía realmente emocionada.
— ¿Reli Fracci está con ella? — Preguntó el de cabello castaño. — ¿Mi padre se encuentra junto a mi madre?
— No entiendo nada. — Le susurré a Delora, quien parecía incluso más confundida que yo. — Si es que hablamos de la misma persona... Supongo que sí...
— Se volvieron a encontrar...— Susurró Irina. — ¡Mamá y papá se volvieron a encontrar!
— De acuerdo, es suficiente. Necesitamos saber si podremos quedarnos o si debemos ir a otro lado. — Desgarré por completo aquella extraña escena.
— Por supuesto que puede quedarse, viajero. — El Einar adulto estrechó mi mano con una sonrisa adornando su rostro. — Gracias a usted mis hermanos y yo podemos vivir tranquilos sabiendo que nuestra madre se encuentra feliz junto a nuestro padre y... Junto a nosotros...
— De acuerdo, nos iremos justo ahora hacia...— Alzó su mano para que dejara de hablar.
— Pueden quedarse aquí, serán los protegidos de Sdon. — Mi cabeza se giró robóticamente hacia Delora en búsqueda de una respuesta.
¿Así sin más? ¿Éramos sus protegidos por haberles dicho que Dalila estaba feliz con su esposo?
Si tan solo me lo hubieran preguntado antes nuestras pocas pertenencias ya las habríamos acomodado en nuestros aposentos.
— Ser un viajero parece darle ventajas. — Murmuró Delora a mi lado.
— Pudimos haber muerto. — Si no hubiera mencionado a Dalila no habríamos sido aceptados en Sdon y tampoco seriamos los protegidos pero me había arriesgado a ser asesinado por ser un boca floja.
Debía tener cuidado con lo que decía y pensaba porque de nada serviría prometerles que los protegería si abría la boca para meternos en problemas. En esa ocasión nos había favorecido pero era consciente de que no siempre iba a ser así.
— Archie, le mentí. — Susurró Delora mientras caminaba a mi lado. — Nuestras tierras sí poseen aliados.
Esperé pacientemente a que me dijera quiénes eran pero como no lo hizo debido a que frente a nosotros caminaban desconocidos preferí no insistir. Tarde o temprano iba a terminar diciéndome quiénes eran esos aliados y porqué no los había mencionado antes, solo debía darle su tiempo y espacio.

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Llamas Eternas© EE #5
Fantasy💫Esta historia es completamente de mi autoría por lo que se prohíbe la copia o adaptación.💫 •Quinto libro de la saga EE.• •Es necesario leer el cuarto libro para comprender lo que ocurre en la historia.• Para alguien que le temía a todo la mejor o...