El problema con el feminismo actual

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Este es un tema delicado y que puede dar lugar a polémicas. Vamos a dejar muy en claro que los movimientos feministas del pasado fueron la clave fundamental para que las mujeres ganásemos visibilidad dentro de la sociedad como seres humanos, y no continuásemos siendo menospreciadas como simples adornos, virtuales esclavas domésticas u objetos de placer por parte de los hombres, roles tradicionalmente impuestos por la sociedad patriarcal al género femenino. Desde ese punto de vista, el feminismo fue muy importante para lograr que se reconocieran los derechos con los que hoy contamos.

Sin embargo, en la actualidad existe un feminismo mucho más radical e injustificado que prácticamente ejerce los mismos principios que el machismo, pero cambiando el género. Sé que el feminismo radical ha existido desde siempre, porque en todo momento histórico hay personas extremistas que creen que la vida es o todo, o nada. Y no es así como funciona, porque el mundo no es en blanco y negro. No obstante, en el pasado el radicalismo de ciertos sectores feministas por lo menos tenía una utilidad como forma de llamar la atención hacia estos movimientos y los derechos por los que abogaban. Hoy en día, cuando ya se ha ganado terreno en esto, aún cuando no es una batalla del todo ganada ni por igual en todas partes del mundo, en vez de continuar promoviendo la liberación femenina, las feministas radicales deciden centrarse en tonterías, incluso con ciertos tintes discriminatorios hacia los hombres. Esas ideas de “hombres=malos y mujeres=buenas”; que para ser feminista debes ser lesbiana; la censura hacia caricaturas y películas animadas de Disney que no paran de pedir, porque no cumplen con “sus estándares morales feministas, los mismos que proclaman “muerte al macho” convirtiendo una clara incitación a la violencia en un lema de “broma”; las campañas en contra de la depilación que alegan que el pelo es natural y debe dejarse; los esfuerzos a favor del lenguaje inclusivo porque “la ‘o’ oprime a la mujer y los gallos violan a las gallinas”, están basadas en el mismo principio represor del machismo. ¿O es que me pueden explicar cómo es que dejarte el pelo en las axilas o escribir todo con “e” va a hacer que te reconozcan como un ser humano con los mismos derechos que los hombres? No existe realmente la igualdad de género, pues hombres y mujeres somos biológica y psicológicamente diferentes, y no podemos pretender que somos capaces de hacer y comprender exactamente lo mismo, ignorando los basamentos científicos. Lo que sí existe es la equidad, esa condición en la que todos debemos gozar de los mismos derechos y deberes por el hecho de ser seres humanos. Es lo que todos tenemos en común.

Cada cual debería tener derecho a escoger el rol que quiere ejercer dentro de la sociedad y todos son válidos, siempre y cuando no dañen a otras personas. Es demasiado extremista predicar que todo material audiovisual en el que las mujeres exhiban sus cuerpos constituye una manera de cosificarlas y, por lo tanto, de ejercer la violencia y la opresión contra ellas. ¿Eso significaría que nunca podría hacerse una película orientada a temas sexuales (incluso si el fin es educativo), porque necesariamente implicarían escenas de desnudos femeninos y eso sería “violencia machista”, aún cuando las actrices diesen su consentimiento y recibieran una buena paga por ello? Y sí, yo sé que las presiones de la industria están ahí; pero hay actrices que tienen cláusulas de no desnudez muy estrictas en sus contratos de trabajo, y no pasa nada por eso. Pensemos por un momento: si fuera un hombre el que exhibiera su cuerpo en una película, vídeo musical o promoción de un producto, ¿creeríamos que está siendo objeto de cosificación o violencia sexual? No, ¿verdad? Entonces, ¿por qué pensarlo sobre las mujeres, si buscamos la igualdad de oportunidades entre ambos géneros? La solución nunca estará en censurar, cancelar o ignorar, sino en educar. Es muy fácil echarle la culpa a la “mala influencia” del exterior, cuando nadie se ha molestado en proporcionarles una adecuada educación a las nuevas generaciones. Las manifestaciones machistas del pasado podrían quedar como el testimonio cultural de lo que no debe volver a suceder y usarse como un aliciente para combatir los rezagos machistas que se niegan a desaparecer de nuestras raíces históricas. No adoctrines; enseña a la gente a pensar por sí misma, a reflexionar, a construir sus argumentos, a debatir sanamente.

Asimismo, las feministas de hoy reclaman la superioridad de las mujeres por encima de los hombres, fomentan prejuicios contra el género masculino y crean nuevos estereotipos en lugar de luchar contra los ya existentes, a la vez que marginan a cierto sector de la población femenina por no vivir de acuerdo a sus ideas. Por ejemplo, si una mujer decide libremente mantener relaciones sexuales con varios hombres sin estabilidad, simplemente porque es su cuerpo y puede usarlo como quiera, ¿qué pensarían muchos hombres, mujeres, pero sobre todo, esta clase de feministas? Que es una puta. Me parece una actitud muy hipócrita por parte de las feministas, que promueven el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, a la vez que juzgan a las que lo ejercen de la manera que ellas creen incorrecta.

Ya basta de hacer parecer un chiste el que un hombre sea golpeado o violentado de alguna manera por parte una mujer. Eso no le hace ningún favor a los movimientos feministas; al contrario, les resta prestigio. Violencia siempre es violencia, sin importar el género. Las personas malas no tienen sexo definido. Es por esta clase de creencias que muchas personas inescrupulosas se han aprovechado del movimiento #MeToo y similares, que han sido tan importantes para impartir justicia por muchas víctimas de toda clase de violencia, y los han utilizado para demandar a celebridades con tal de obtener dinero o cinco minutos de fama. Lo negativo de esto radica en que estas personas demandadas son inocentes (las que son acusadas falsamente) y, aunque luego sean absueltas por un tribunal, ya habían sido condenadas por la opinión pública, perdiendo sus trabajos, su prestigio y a sus seguidores. Esto fue lo que le sucedió a Johnny Depp, que fue acusado por su ex-esposa Amber Head de ejercer la violencia doméstica contra ella, en un proceso en el que finalmente salió a la luz que en realidad, él era la víctima; sin embargo, cuando esta revelación llegó, él ya había perdido su contrato con Disney, se le cerraron todas las puertas en Hollywood y terminó en bancarrota. Así de grave puede ser una mentira de este tipo. Por eso, no debemos precipitarnos a emitir un juicio antes de conocer de fuentes fidedignas todos los hechos, ni creer todo lo que digan los medios de comunicación. Ese es el mismo motivo por el que no estoy de acuerdo con el “X artista no debería comportarse así, es una influencia para millones de fans”. Gente, ellos también son personas. ¿Es que acaso el hecho de ser celebridades significa que deberían dejar de vivir sus vidas y renunciar a sus personalidades para proyectar la imagen que nosotros queremos ver de ellos? La única diferencia entre ellos y nosotros es que a los artistas la prensa los persigue constantemente para publicar hasta las veces que van al baño y distorsionar la realidad a su capricho. Debemos dejar de endiosarlos, y comenzar a verlos como seres humanos. Como dije antes, una buena educación es clave para lograr esto. Saber diferenciar las conductas buenas de las malas, e imitar las mejores.

En fin, que me desvío del tema. Lo cierto es que el asunto de exhibir el cuerpo es complicado de limitar. Hay youtubers que aparecen llorando pidiendo respeto porque les han dicho vulgaridades en los comentarios, luego de pretender tener millones de visitas por mostrar un escote hasta el ombligo, y no por su carisma o la calidad de su contenido. El respeto es algo que no se exige; se gana, y tiene que empezar por uno mismo. Cada cual tiene derecho a vestirse como quiera; pero si quieres llamar la atención solamente enseñando las tetas, ¿cómo quieres que te vean? Por ejemplo, Marilyn Monroe era una indiscutible sex symbol, muy recordada por su belleza y sus imágenes eróticas; no obstante, demostró que también era una mujer inteligente a pesar de tener pocos estudios, una vedette, elegante, talentosa y buena actriz, y también es recordada por eso. Hombres y mujeres debemos demostrar lo que valemos; no solo aparentarlo con algo tan efímero como la belleza.











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