Capítulo 3. Bestia liberada

3.6K 349 287
                                    

Advertencia: este capítulo contiene contenido sexual. Si no te gusta este tipo de contenido, no sigas leyendo, aunque eso implique que perderás información de la historia.

 Si no te gusta este tipo de contenido, no sigas leyendo, aunque eso implique que perderás información de la historia

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Mi plan para conquistar a la chica llevaba su tiempo.

Ha pasado una semana desde que me pidió vivir con ella en aquella cabaña horripilante. Por las mañanas, ___ se marchaba al pueblo para ofrecer en lavar las ropas y ganar dinero para mantenerse. Y por las noches estaba conmigo preparando la cena o queriendo hablar conmigo. Cuando el sol se escondía, yo aprovechaba esa oportunidad para moverme con rapidez y cazar a mis presas. Me daba igual si era un cazador o no, necesitaba comer.

Ya ___ aprendió la lección de no verme devorar a una persona porque luego el apetito se le cerraría y no tendría ganas de comer. Ya nos hemos acostumbrado a estar en compañía. Cuando ella dormía, yo la observaba desde la oscuridad. Ella era hermosa. Una peonía florecida en busca de un Alfa. La voz de Muzan-sama me imploraba cada dos por tres en que me diera prisa. Calma, Akaza. Date tiempo.

Y hoy yo estaba aburrido. Necesitaba encontrar alguna diversión. En ningún momento, ___ dejó las pastillas para esconder su celo, pero aún su olor se desperdiga por todo el hogar incitando a que me acercara aún más. Yo no quería hacer ningún tipo de daño. No me lo perdonaría nunca. Mi olfato se agudizó porque detectaba cierto aroma muy familiar. Era ella.

Abrió la puerta de la casa y la cerró con rapidez porque aún estaba el sol. Que raro. Llegó más temprano de lo normal. ___ se acercó con una bolsa con grandes cantidades de dinero. Su rostro estaba sucio. Debió trabajar mucho.

—Mira. —Ella abrió la bolsa para que yo observara el dinero—. Con esto podré comer para una semana, ¿no?

—¿Dónde conseguiste todo ese dinero?

—En el pueblo hay una señora con seis niños y, claro, estaba agobiada. Así que me ofrecí en ayudarla. Los niños son tan adorables, pero un poco trastos.

—Cada familia tiene un esposo.

—Me dijo que murió por una enfermedad.

Humanos débiles. A esos hay que escupirlos y exterminarlos de la faz de la tierra, sin embargo, cierta sensación noté en mi ser como si quisiera recordar algo. No. Eso es muy difícil. Mis recuerdos siendo humano desaparecieron porque me consideré débil. Yo deseaba ser más fuerte que nadie en este mundo. Ser el número uno era mi principal objetivo. Aún no he matado a un demonio gracias a la sangre que me otorgó Muzan-sama.

No paraba de mirarla. Sus movimientos eran frágiles, es decir, tenía mucho cuidado con lo que estaba haciendo. Era hermosa en todos los sentidos, no cabía duda alguna. Mi sentido del olfato se agudizó un poco queriendo disfrutar de su esencia. Esa chica provocaba en mí ciertas sensaciones que nunca pensé despertar y me refiero en el sentido de marcarla y hacerla mía para siempre.

Eres mía, humana (Akaza X Reader)Where stories live. Discover now