14. Latir al ritmo del rock

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Se había despertado con una sonrisa enorme. Se tiró toda la noche rememorando el tacto de sus labios, sus hoyuelos y la sensación que le recorría el cuerpo al pensar en ella, y no sólo estaba feliz por lo que había ocurrido sino porque todo aquello no hacía más que confirmarle sus sospechas. Victoria y ella no eran sólo amigas, y ahora sabía que jamás volverían a serlo.

Eso aclaraba mucho las cosas, ¿no? Ahora sabía que con la que realmente quería estar era Victoria. Sus dudas se habían despejado y ya no tenía que elegir. Ahora, a pesar de que aún seguía en pie su quedada con Hana, ya estaba todo decidido y tendría la oportunidad de empezar una amistad de verdad sin más intenciones que esas, ¿verdad?

Si, claro. Ahora Hana sólo sería su amiga.

Sin embargo, aquella tarde mientras se arreglaba para salir con ella, conforme iba vistiéndose y maquillándose, la noche anterior cada vez quedaba más atrás y aunque no quería, en su interior empezaban a nacer unos nervios frutos de las ganas que tenía porque llegara la hora.

Eva no era alguien que pensara que había que arreglarse para salir, porque la palabra "arreglarse" significaba tener que reparar algo que está estropeado, corregirlo, y nadie debería sentir que tiene que arreglar algo de su físico para los demás. Pero ahí estaba ella frente al espejo haciéndose una sombra de ojos sabiendo que así destacaba aún más sus enormes ojos verdes. Porque después de lo vivido anoche, no quería ni admitírselo a sí misma, pero quería ponerse guapa para ella. Quería que en cuanto la viera, Hana se quedara boquiabierta.

Intentó no pensar en ello, intentó no rebuscar en su interior el motivo de su ilusión por aquella noche porque estaba claro que había decidido ya por Victoria, pero aun así, no se pintó los labios de rojo como habitualmente solía hacerlo cuando salía de fiesta con el deseo culpable de probar sus labios sin arruinarse el carmín.

Deshizo el pensamiento y salió de su casa camino del local que Hana le había indicado. Conforme avanzaba en el metro, el nudo de su estómago aumentaba y el cosquilleo en su interior era aun más fuerte.

En realidad, aunque ambas habían tenido ganas, no habían compartido mucho tiempo juntas y a solas, de hecho, hacía que no se veían fuera del instituto desde la fiesta de Halloween donde ambas prometieron buscar tiempo para la otra cuando acabaran los exámenes. Pero ahora habían acabado, las vacaciones de Navidad empezaban la semana siguiente y ahora tenían todo el tiempo del mundo para estar a solas, conocerse, aunque quizás después de lo sucedido anoche con Victoria ya no tenía mucho sentido.

Lo tuviera o no, algo en su interior se moría porque llegara ya la hora de estar con Hana y de conocerla mejor, a la Hana de verdad y no a esa que veía siempre en el instituto con fachada de chica dura, sabía que había mucho más si mirabas debajo de aquella absurda coraza que parecía tener siempre con su sonrisa pícara y sus comentarios insinuantes.

Conforme se acercaba al local, la vio de lejos y se quedó parada unos segundos permitiéndose estudiarla sin ser vista. Estaba apoyada contra la pared con una mano metida dentro de su chaqueta de cuero mientras con la otra sujetaba un cigarro dejando salir el humo de su boca. No sabía que había en ella pero es que, joder, era tremendamente sexy y Eva jamás pensó que el acto de fumar le resultara tan atractivo. Ver el humo saliendo suavemente mientras se ajustaba a las curvas de sus labios...

"Quien fuera humo".

Tragó saliva y decidió caminar hacia ella porque como la viera mirarla desde lejos con esa cara iba a parecer una completa acosadora.

Conforme se acercaba a ella, Hana pareció darse notar su presencia porque giró su cabeza hacia ella y su primera reacción fue tirar el cigarro al suelo, apagarlo y meterse en la boca un caramelo para intentar eliminar el olor a tabaco. Eva no pudo evitar sonreír ante aquello, porque estaba claro que Hana se había tomado muy enserio eso de nada de humo a su alrededor y su reacción parecía la de alguien a quien su madre acaba de pillar fumando a escondidas.

Seremos nuestro refugio (#2)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora