Las flores también se marchitan [Isabela Madrigal]

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¿Final feliz? parte 1

El corazón de Isabela había dejado de latir, todos se encontraban desesperados  por lo que estaba ocurriendo

Julieta se encontraba impotente por no tener su don y curar a su hija, su princesa

Agustín estaba destrozado, no podía perdonarse por presionar de más a su princesa y el odio que tenía hacia su suegra era algo inmenso

Pepa y Félix estaban atónitos, siempre creyeron que la faceta perfecta de Isabela era verdadera y era feliz con ello, ¿por qué no se dieron cuenta antes?

Dolores y Camilo también se sentían culpables, Dolores pudo escuchar cosas que estaban mal, pero las dejó pasar, todo por envidia y pensar en Mariano Guzmán, dejando de lado a su prima; por otro lado Camilo se sentía mal por no ayudar lo suficiente a Mirabel, no encontró una solución, no pudo salvar a su prima

Luisa simplemente no podía dejar de llorar, no importaba cuanta fuerza tuviera si igual no pudo proteger a su hermana de las presiones de la abuela

Mirabel, la pequeña Mirabel era la más dañada de todos, se sentía como una inservible por que no pudo hacer nada, investigó todo lo que pudo, fue hasta el fin del mundo con tal de salvar a su hermana y el milagro pero no sirvió de nada, se dio cuenta demasiado tarde, su orgullo nunca la dejó acercarse de más a su hermana Isabela

Toñito no entendía nada, solo queria que su prima despertara para que volvieran a jugar juntos como antes pero parecía estar dormida, ¿por qué estaba dormida?, ¿no había descansado bien?

Alma, la matriarca de la familia volvía a experimentar el dolor de perder a alguien de su familia, de perder su hogar, dolía tanto, no merecía estar al frente de la familia, no sabía cuidar de esta, todo era su culpa, si hubiera visto más en Isabela que solo perfección ella habria podido ser feliz

—mami, ¿por qué no despierta?

Pregunto toñito sin saber lo que realmente pasaba a su madre, esta no tenía el valor para decirle la verdad

—ella solo esta... Solo esta... Siendo libre, mi amor

Respondió con un nudo en la garganta la mujer de vestido amarillo, todo el pueblo estaba unido en el dolor de la familia Madrigal, nadie pensó que realmente fuera demasiado tarde, nadie pensó que todo llegaría tan lejos

—Isabela...

Susurro Melissa junto a su tía y primo, todo el pueblo estaba ahí, todos estaban contemplando la triste escena, el pueblo de encanto ya no tenía vegetación mágica, la única acción que podía hacer en nombre de Isa era...

—esto le dará inmortalidad a las plantas, nunca más marchitaran

Mencionó Melissa tomando su investigación, tenía fórmulas que podían crear dicho suero y la ventaja era que este podía multiplicarse, como si fuera reproducción, fue así que vertió aquel suero en las flores que rodeaban a la chica que antes tenía el poder de la vegetación, estas inmediatamente comenzaron a tomar color, un color natural que nunca podría compararse al color mágico y único que daba el poder de Isabela

—Mirabel, lo siento tanto...

Dijo su abuela tras de ella, no podía perdonarla, no podía fingir que nada había pasado, ella era la culpable de todo, su abuela era la culpable de que su hermana muriera, ella era la más culpable de todos