𝖢𝖺𝗍𝗈𝗋𝖼𝖾

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-Andi, bebé, ya te dije que no puedes enojarte conmigo por eso. -dijo Joel mientras conducían hasta la escuela del niño.

-Si puedo.-respondió frunciendo el ceño aún más.

Era martes y el día anterior, Andel había llegado muy enojado de la escuela porque su compañera Sophie había ido a presumir que tendría un hermanito. El niño llegó diciendo: "Es la niña más fea e insoportable del mundo y ahora ella tendrá un nuevo hermanito y yo no. Yo también quiero un hermanito, mamá" Joel le dijo que un hermanito no podía llegar así de la nada y eso lo enojó más, por lo que Zabdiel, quién estaba ahí, le sugirió dar un paseo en el parque para que dejara de pensar en Sophie y su hermano. Luego de media hora, regresaron y Andel ya no quería un hermanito, sino que quería un perrito y esa era la razón por la que estaba enojado con Joel desde la noche anterior.

-Ya te dije que no hay tiempo para tener una mascota. Yo trabajo y tú no vas a limpiar sus cosas cuando llegues de la escuela. -Andel bufó. -Ahora dirás que si, pero ambos sabemos que no lo harás luego de un tiempo.

-Pero, mamá. Hay mucho espacio en nuestro hogar y te super prometo, recontramega prometo que cuidaré bien a mi futuro perrito.

-No, bebé. Lo siento, la respuesta es no. -Joel lo miró de reojo y seguía frunciendo el ceño.-Siempre puedes ir a visitar a Emi o a Zabdiel para ver sus mascotas.

-Ugh, mamá pero no es igual. Tía Emi siempre está cansada por su bebé en su pancita y el perro de tío Zabdiel casi siempre está con su pareja, que tiene tres gatos también y yo odio los gatos.

Joel rió y le subió el volumen al radio mientras llegaban a la escuela.

Una vez allí, Andel se despidió de mala gana de él y entró a su salón haciendo un puchero y arrastrando los pies.

-Qué le pasó?-preguntó Christopher viéndolo alejarse.

-Bueno, luego de que dejara de estar enojado por querer un hermanito, llegó del parque queriendo un perro. Christopher sonrió mientras veía a Andel ignorando a sus demás compañeros. -Le dije que no y pues así está desde anoche.

Christopher rió un poco divertido por la situación y ambos conversaron un poco más antes de que el rizado se despidiera para ir a si trabajo.

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El jueves Christopher había salido a comprar unas cosas con Andel, mientras Joel salía de una reunión. Cuando iban camino a casa ambos se detuvieron en el parque cercano al piso de Joel para que Andel jugara con algunos cachorritos que había allí.

-Así que eres un chico de perros. -dijo Christopher sentándose a su lado.

-Si, no me gustan los gatos. -respondió acariciando el perro. -¿Tú eres de gatos o perros?

-Me gustan ambos pero prefiero los perros. -Andel lo miró con una sonrisa. -Aunque mi mamá tiene un par de gatos, ¿recuerdas?

-Si, tienen ojos bonitos pero igual siguen sin gustarme,-Christopher rió, -Ojalá mamá me dejara tener un perrito. -el niño hizo un puchero.

Christopher ese día, después de dejar al niño con Joel, llamó a Erick para asegurarse de que Joel no se enojara mucho si por casualidad, él se aparecía con una pequeña sorpresa el viernes en la noche en su apartamento.

Erick le aseguró que tal vez se enojaría durante unas horas pero luego acabaría aceptando su sorpresa. Asi que, aprovechando que el viernes Joel le pidió el favor de llegar con Andel a su piso para la cena que tendrían los tres, luego de la escuela llevó al niño a un sitio de venta y adopción de pequeños cachorros.

-A dónde vamos, Chris?-preguntó mirando por la venta del auto.

-A un lugar para que escojas algo. Te va a gustar mucho.

Andel brincó en su asiento emocionado, haciéndolo sonreír.

Cuando llegaron al lugar, Christopher lo ayudó a bajar de auto tomando su pequeña mano.

-Por qué vamos hacia la tienda de perritos?

-Allá es donde escogerás lo que te dije, campeón.

El niño abrió su boca sorprendido y emocionado, sus ojitos brillaron y apretó la mano de Christopher.

-¿Me darás un perrito?-Christopher asintió. -¡Me darás un perrito! ¡Tendré un perrito!

Andel empezó a arrastrarlo hasta el lugar y ambos entraron ahí, durando un poco más de una hora mientras el niño se decidía por algo.

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-Crees que mamá se enoje? -preguntó Andel, mientras ambos subían en el ascensor con el cachorro en brazos del pequeño.

-Lo superará en unas horas. -le aseguró sonriendo. -Ya tienes un nombre?

-Nop, aún estoy pensando en uno. Debe ser súper especial.

Christopher le sonrió antes de dirigirse hacia la puerta de Joel. Tocó el timbre y el rizado no tardó en abrir.

-Hola, tardaron demasiado, pensé que... -dirigió su mirada hacia los brazos de Andel donde se encontraba el pequeño perro gris de ojos grises, casi del mismo color de los de su hijo. -¿De dónde salió?

-¡Chris me lo regaló! ¿No es hermoso?

Joel miró a Christopher, quien sonreía mirando a Andel pero cuando lo miró a él adoptó una mirada seria.

-si, bebé, hermoso. -fingió sonreir. -Entren y Christopher ven conmigo a la cocina.

-Vamos, bonito cachorro, te enseñaré tu nuevo hogar.

Andel entró y se dirigió hacia el balcón que tenían en la sala.

-Por qué le diste un perro, Christopher Harry?

-Él lo quería.

-No siempre hay que darle todo lo que quiere. Además, luego seré yo quien me encargue de todo su desastre solo. -bufó.

-Andel dijo que sería muy responsable con su mascota y yo siempre estaré aquí para ayudarle.

Joel suspiró y se cruzó de brazos.

-Pudiste decirle que no.

-Es imposible decirle que no a la cara que hace cuando tiene un perro cerca.-respondió y se acercó a Joel. -Vamos, bonito, no te enojes por eso. -llevó sus manos a la cintura del rizado. -Es solo un lindo e indefenso cachorro.

-Lindo e indefenso hasta que empiece a crecer.

-Seguirá siendo lindo después de todo. -Joel sonrió un poco. -Solo quise hacer feliz a Andi, se lo merece por ser tan especial siempre. -se acercó más, casi rozando sus narices. No te enojes conmigo, por favor. -Joel volvió a fruncir el ceño, sin responder nada.- ¿Princesa?

-Que me digas asi no me quita el enojo.

-Mm, pero igual te gusta. -susurró y cuando Joel iba a responder lo besó.

Joel fácilmente se volvió dócil en sus brazos y abrazó a Christopher por el cuello para besarlo de vuelta. Se besaron durante un tiempo y cuando se separaron, el castaño mordió levemente su labio inferior, haciéndolo gemir bajo.

-Ya no estás enojado?

-Si me besas otro poco puedo responderte a esa pregunta.

-Puedo hacer eso.

Sonrió antes de volver a besarlo de nuevo.

Luego de varios besos y caricias en la cocina, los tres cenaron y Andel estuvo hablando sobre muchos nombres para su nueva mascota, Joel y Christopher lo escucharon y sugirieron algunos nombres también. Al final de la noche Joel ya no estaba enojado y terminó pidiéndole a Christopher que se quedara a dormir, algo a lo que él no pudo negarse.
























Espero les guste, si ven errores porfavor díganme para corregir, mañana maratón<3

-Jσss xx

The Teacher And ¿Mommy? «Virgato» Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora