Los moustros no existen ¿O si? Son tonterías inventadas para que los inocentes como tú tengan miedo.
Pero eso cambio cuando los licantropos llegaron al mundo sin ser reconocidos, camuflándose de todos los que sospechen de ellos.
Aunque después de...
Me encuentro luego de unas horas aún frente a la chimenea viendo el fuego apagarse mientras acaricio el cabello de Madi que después de unas horas de llorar sin parar se quedo completamente dormida abrazada a mí, no quiero moverme para no despertarla está sufriendo mucho y lo entiendo también me duele pero tengo que ser fuerte por ella no puedo desplomarme, ella necesita un hombro para llorar.
Al cabo de uno minutos cuando el fuego se a apagado por completo coloco uno de mis brazos en la espalda de Madi y el otro bajo sus piernas y nos levanto a ambos para llevarla a la habitación, ella se acomoda mejor entre mis brazos y rodea sus brazos en mi cuello. Al entrar a la habitación enciendo la luz de la mesa de noche y la depósito suavemente en la cama para luego quitarle los zapatos y cubrirla con una manta, apago la luz y me encamino a la salida de la habitación hasta que oigo su dulce voz.
-¿Me odias? -Susurra con voz somniolenta.
-¿Odiarte? Madi yo nunca podría odiarte -Respondo acercándome hasta ella.
-Yo me odio por lo ocurrido y no te culpo si tú también lo haces.
-Madi... lo que ocurrió fue un accidente no fue culpa de nadie -Digo recostandome a su lado y ella coloca su cabeza en mi pecho.
-Fue mi culpa, y-yo me alimente mal... y-yo no lo cuide lo mate -Susurra esto último.
-No Madi, tú no lo sabías estabas pasando por un mal momento no fue tú culpa tú no mataste a nadie.
-¿Enserio lo crees? -Pregunta levantando su cabeza en mi dirección, por la oscuridad de la habitación no logro verla bien pero por la luz de la luna entrando diviso sus ojos brillantes por las lágrimas.
-Lo creo Madi, la Diosa luna decide sobre cada uno de nosotros ella sabe porque no dejo a nuestro cachorro con nosotros, ahora está allí arriba con ella y estoy seguro de que tendrá otros planes para nosotros. Tu eres muy joven aún no te preocupes tendremos muchos hijos, una gran familia pero aún no es nuestro momento de ser padres.
-Suena muy bonito lo que dices ¿Crees que está bien junto a la Diosa Luna?
-La Diosa Luna lo cuidará muy bien, no te preocupes por eso.
-¿Cuándo volvamos a casa podemos hacer un altar para el o ella?
-Claro que si cariño, me parece una buena idea.
Nos quedamos en silencio por unos cuantos minutos, ella con su cabeza sobre mi pecho aciendo círculos en mi abdomen con su dedo mientras yo acaricio su suave cabello. Al cabo de unos cuántos minutos más de estar asi oigo como su respiración se tranquiliza dándome cuenta de que se quedo dormida, me acomodo más junto a ella para dormir también.
(...)
Despierto por la luz del sol de la ventana reflectando justo en mi cara, tanteo la cama a mi lado para acercar a Madi hacía mi y sentir su exquisito aroma a regaliz y flores silvestres pero la cama esta completamente fría y vacia a mi lado, agudizo mi audición para escuchar dónde se encuentra Madi pero abro los ojos rápidamente despertandome del todo al no escuchar ningún ruido dentro de la casa. Me levanto de la cama asi como estoy solo con unos jogging, sin camiseta y me coloco unos tenis rapido para luego salir de la habitación y bajar velozmente las escaleras siguiendo el olor de mi Luna, llego hasta la cocina y veo sobre la barra un plato de frutas con unos hot cakes con miel y un café enfrente de ellos junto con una nota, me acerco y la tomo para leerla.
Espero disfrutes tu desayuno dormilón, sali a recorrer la playa.
Te amo, Madi.
Dejo la nota donde estaba y me encamino hacía la puerta de salida para buscarla, al salir y pararme en el porche la veo en la playa frente a la casa sentada en la arena con un arco en sus manos.
-Hola Preciosa -Pronuncio acercándome a ella y depositando un pequeño beso en sus labios.
-Matt esta helando aquí afuera no salgas así te enfermaras -Pronuncia rápidamente intentando quitarse su chaqueta para darmela antes de que la detenga.
-Tranquila mi Luna creo que se te olvida que soy un hombre lobo, no puedo sentir el frío.
-Tienes razon, lo había olvidado -Responde riendo mientras pone una de sus manos frías sobre mi pecho -Estás muy calientito -Susurra acercándose mas a mi en busca de calor.
-¿Qué estabas haciendo? -Pregunto sentándome a su lado y abrazándola por los hombros para brindarle más calor -¿De dónde sacaste el arco y las flechas?
-Los encontré en el maletero del auto, son los mismos que use el día que fuiste a salvarme de Natalie -Dice tocando el arco suavemente con las yemas de sus dedos -Creí haberlos perdido, pero no volverá a pasar le talle mis iniciales -Habla nuevamente esta vez tocando con sus dedos sus iniciales perfectamente talladas M.L.
-No sabía que se encontrarán ahí, tal vez Liam los dejo ¿Quieres que te enseñe a usarlos?
-¿Cómo? -Pregunta confundida y en un rápido movimiento toma el arco y una flecha y la lanza hacía un árbol que tiene dibujada una diana de color blanco pegándole justo en el centro.
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-¿Cómo?¿Quién?¿Tú? -Pregunto confundido y sorprendido al mismo tiempo.
-No lo sé, nunca había usado un arco antes pero creo que lo hago muy bien -Dice esto último riendo.
-Eres muy buena Madi, cuando volvamos a la manada entrenaras arqueria.
-Eso me gustaría -Responde acercándose a mí y plantando un pequeño beso en mis labios.
En un rápido movimiento la tomó de la cintura y la ciento sobre mis piernas para luego volver a besarla.
-Matt alguien podría verlos -Susurra riendo mirando hacia todas las direcciones.
-No hay nadie en kilometros hermosa, además no estamos haciendo nada malo -Susurro también apartando el cabello de su cuello y comenzando a regar besos por todo el lugar dónde en un futuro irá mi marca.
Ella toma mi rostro entre sus manos y nuevamente me besa teniendo ella el control y la intensidad del beso que es suave y exitante pero lleno de pasión.
