♦ ¿Seducir?

5.8K 833 96
                                    

—Felicidades eres la concubina del Emperador

Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.

—Felicidades eres la concubina del Emperador.

«Ya no más». Pensó Faith mientras fruncía el ceño, pero aún era bueno que nadie supiera de ese hecho por el momento.

—¿Por qué sigue insistiendo en verme? —pregunto Rashta haciendo la inocente.

—Te has convertido en toda una dama, Rashta —dijo el Vizconde ignorando su pregunta.

—Yo no le di el permiso para que se dirija por mi nombre —mencionó Rashta seriamente mientras que la charla que estaba surgiendo en ese momento era lo mismo que había pasado en la novela, solo que en esta situación había ocurrido un poco tarde por haberlo rechazado con anterioridad.

—Claro, que será por poco tiempo —informó él.

—¿A qué se refiere? —inquirió Rashta con molestia.

«El maldito está intentado asustarme, pero por el momento es mejor que crea que me tiene en sus manos.»

—No seas tan hostil conmigo. El Emperador me ordenó corregir lo que dije acerca de que eras una esclava fugitiva —reveló el Vizconde Lotteshu—. Ahora van a pensar que soy un imbécil que ni siquiera puede reconocer rostros.

«Es que eres un imbécil.»

—Que tu secreto siga siendo secreto, despende de mí.

—No sé de lo que habla, señor —dijo Rashta fingiendo inocencia.

El Vizconde Lotteshu miró a Rashta mientras apretaba los dientes con irritación. Aquella chiquilla intentaba hacerse la tonta con su pérdida de memoria.

—¡Ya deja de hacer el papel de una pobre joven que perdió la memoria, puedes que todos te crean, pero yo no! —exclamó él furioso.

«Reconozco el tipo no es tan tonto para ver mi gran actuación.»

Rashta sonrió maliciosa.

—No debiste decir tan impulsivamente en frente de todos que era una esclava. ¿Acaso pensaste que estaba sola?

—No sé qué fue lo que hiciste para tener a tu lado a alguien como el Duque Relish y que aparte mintiera para hacerte pasar por su hija —dijo Lotteshu molesto—, pero estoy seguro que él no sabe tu secreto.

«¡Oh por dios, no sabe nada!». Rashta se mordió el labio intentándose no reírse.

—¿Secreto?

—Él bebe que abandonaste —declaró él sonriendo malicioso.

«Viejo caíste tan bajo para usar a un pobre niño.»

Rashta fingió temblar un poco de miedo, para hacerle creer al Vizconde Lotteshu que tenía la ventaja. Lo que menos tenía que hacer era que el viejo tuviera la guardia alta con ella, tenía que hacerle creer que su plan de chantajearla con Ian funcionara.

¿𝓢𝓮𝓻 𝓡𝓪𝓼𝓱𝓽𝓪? 𝓝𝓸, 𝓰𝓻𝓪𝓬𝓲𝓪𝓼Où les histoires vivent. Découvrez maintenant