Faith Eva Morris tenía su vida planeada, graduarse de la universidad, disfrutar su vida al máximo y si encontraba el amor, bienvenido sea.
¡Pero nadie le advirtió de la posibilidad de reencarnar en una novela coreana como "La emperatriz divorciada"...
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Faith masculló por lo bajo, viendo en la situación en la que estaba.
Se encontraba en la oficina de Sovieshu con Jurian, el Duque Elgy y la Emperatriz por el incidente con el Vizconde Landre.
No era ningún secreto que todo en el palacio se enteraron de la situación y más cuando todos los empleados vieron como los guardias sacaban al inconsciente Vizconde Landre de su habitación mojado de vino.
—¿Por qué el Vizconde Landre intento apuñalar a mi hija? —inquirió Jurian aparentando ser un padre preocupado.
—Yo también quiero saber la razón y como es que termino inconsciente en la habitación de Rashta —comentó el Emperador.
—Seguro que la señorita Rashta tendrá la respuesta —sonrió el Duque Elgy ganándose una mirada fulminante por la joven de cabellos plateados.
Todos en la habitación la miraron incluido la Emperatriz esperando una respuesta.
—¡Yo estoy igual de sorprendida! —exclamó Rashta—. Nadie espera que un hombre se esconda detrás de una cortina con un cuchillo esperando en apuñalarte. El hombre comenzó a decirme que era mi culpa y a insultarme. ¡Casi fui ultrajada! —explico ella con cierta indignación.
—Sin embargo, debe estar orgullosa porque el que salió inconsciente de su habitación fue el Vizconde —dijo el Duque Elgy.
Rashta lo miro entrecerrando los ojos.
—No pienso disculparme por estrellarle una botella de vino en la cabeza —dijo ella—. ¿Acaso esperabas a que saliera sangrando de mi habitación? ¿Qué hacías deambulando por ahí? ¿O tu enviaste al Vizconde a mi habitación?
Elgy sonrió de forma peligrosa.
—Son acusaciones graves lo que insinúa, señorita.
—Sin embargo, yo estoy de acuerdo con Lady Rashta —intervino el Duque Relish—. ¿Qué hacías en frente de su habitación? —interrogó él mirando a Elgy.
—Me encontraba cerca de la habitación de Lady Rashta cuando todo paso —explicó el Duque Elgy con simpleza—. Escuche gritos provenientes de la habitación y luego escuche un golpe y no dude en acercarme. Nunca espere que la señorita lo tuviera todo bajo control —miró a la joven de cabellos plateados con una sonrisa mientras que esta lo miraba con irritación.
—Pero entonces... ¿Por qué el Vizconde quiso atacar a Rashta? —inquirió el Emperador.
Hubo un breve silencio en el ambiente hasta que Navier hablo, debido a que supo por parte de sus damas de compañía sobre el rumor de la Duquesa Tuania y que por un momento había sospechado que podría haber sido Rashta. Ahora debia admitir que posiblemente estaba equivocada.
—Debió haber pensado que fue Lady Rashta la que comenzó el rumor de la Duquesa Tuania.
En ese momento, todas las miradas fueron dirigidas a la Emperatriz.
