-. ᵥ ᵢ ᵢ ᵢ

586 65 0
                                    

Estoy sentada en una roca con Jacob a mi lado y Seth acostado en la arena frente a nosotros. El sol está saliendo y todos los chicos tenían que volver a casa. Hemos estado en silencio durante una hora más o menos, viendo cómo el cielo oscuro se convertía en este hermoso tono azul. Se siente como un milagro tener el cielo libre de nubes, así que decidí apreciarlo lo más que pudiera porque no durará. Tan pronto como la luz del sol me alcance, sé que mis ojos cambiarán y espero a que Jacob me eche un vistazo o algo así. Pero él no se mueve.

—¿Tus ojos son azul cielo?—Seth habla y me echo a reír.—¿Qué?—se levanta, dándose la vuelta para mirarme.—Deja de reírte.

—Nada, nada, solo estaba pensando.—sé que no hace estas cosas a propósito, algo me dice que mi hermano crecería para ser así.—Y sí, mis ojos son azul cielo.—entonces me doy cuenta de que no me importa. Tomando una respiración profunda, me encuentro con los ojos de Jacob, un poco tímida pero obligándome a no apartar la mirada.—¿Como me veo?

—Impresionante.

Riendo, miro hacia otro lado antes de que pueda verme sonrojarme.

—Este es oficialmente mi lugar favorito en Forks.

—¿Por qué?

—No sé.—respirando hondo, cierro los ojos para captar el sonido de las olas rompiendo en la arena.—Es algo que siento en mi corazón.

—Bueno, chicos...—Seth se levanta con un gemido dramático.—... me muero de hambre. Hora del desayuno.

—Estoy de acuerdo.—me levanto también, arreglando las arrugas de mi vestido.—Iré a la casa de los Cullen a cambiarme y podemos ir a comer a algún lado.

—Espera. ¿Qué?—Seth se detiene en seco e intercambia una mirada con Jacob.—¿Todavía quieres estar cerca de nosotros? Quiero decir, ¿no te pondrás algo de ropa a la moda y andarás por-

—Voy a ignorarte ahora mismo.—lo interrumpí, girándome para mirar a Jacob.—¿Te parece bien?

—Seguro, te veo ahí.

Asintiendo tomo mis tacones y corro por el bosque, llegando a la casa de los Cullen con mi vestido sucio y desgarrado por las ramas y arbustos del bosque. En el mismo momento en que salgo al balcón, Rosalie irrumpe por la puerta, con los ojos en mi vestido.

—¿Dónde estabas? ¿Y qué diablos le pasó a tu vestido?—se ve muy preocupada, pero todo lo que puedo hacer es sonreír.

—La Push, queríamos ver el amanecer.

—¡Así que estabas con Jacob!—Emmett grita desde el segundo piso, lo cual es totalmente innecesario, mientras subo las escaleras, seguida por Rosalie.

—¿Es eso así?—inquiere la rubia.

—Sí, Rose.—exhalando, corro hacia mi baño, cerrando la puerta entre Rosalie y yo.

Después de una ducha caliente, busco en mi armario algo que ponerme. Pero lo creas o no, no puedo encontrar nada. Poniendo los ojos en blanco, empiezo a ponerme nerviosa a medida que pasan los minutos.

—¡Alice! ¡Rose! ¡Alguien, por favor!—grito, atravesando muchas faldas costosas en el closet.—No tengo nada que ponerme.

—Eso es una mentira.—Emmett llega antes que Alice y Rosalie, tomando asiento en mi cama con esa estúpida sonrisa en su rostro.

—¿Que es exactamente lo que está buscando?—Alice entra al armario mientras Rosalie se para a mi lado.—Bonito pijama, por cierto.

—Gucci.—le respondo bruscamente, cruzando los brazos sobre mi pecho.—Solo quiero algo más... Más...—no sé lo que estoy buscando, pero nada parece encajar.

Queen Of His Heart.|Jacob BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora