𝒀𝒖𝒈𝒆𝒏 /𝒃𝒏𝒉𝒂 𝑿 𝑴𝒂𝒍𝒆 𝑶𝒄/

Cap 26

- un descanso? Si claro, pobre iluso. - se quejo el pelimorado, sosteniendose de el hombro de el azabache.

- deja de quejarte. - reprendió cansado el mayor.

- me duele todo, Aizawa, todo. - reclamó exageradamente.

Había entrenado hasta el cansancio.

Había creado alrededor de 5 animales más, cada vez acercándose más a la criatura real que tenía en mente. Había intentando por todos los medios quemar algo, lo que fuera. Pero no entendía los principios de como, y al final simplemente logró sacarle humo a una ramita de 5 cm.

Había practicado combate, escape y captura. En las horas de entrenamiento que tubo, persiguió a Aizawa por todos lados y viceversa.

Pelearon cuerpo a cuerpo, una y otra vez. El día siguiente probablemente tendría moretones por todo el cuerpo si es que ya no se habían formado.

Cuando llegaron al comedor, casi quiso gritar al saber que antes de comer tendrían que cosinar.

Tenia hambre, le dolían los ojos y los oídos, todas las extremidades también.

- ve a ayudar. - ordenó, el menor asintió en un lloriqueo lastimero.

Se paro junto a Bakugo, tomó una cebolla y un cuchillo y comenzo a cortar ajilmente el vegetal.

Sus ojos parecían una cascada, y Katsuki no dejaba de carcajear por eso.

- no te rías! - reclamó, pasando su brazo por sus ojos en vano. - tus ojos también están llorosos!

Izuku apareció junto a él varios minutos después, limpio su rostro y trajo consigo una solución.

La misma hizo que Bakugo riera aún más de lo que ya lo estaba haciendo. Se retorcio en su lugar, tomando su estómago mientras reía.

- son... Lentes de buseo. - comento observandolos.

- si! Era lo único que tenían, pensé que podrían servirte. - dijo inocentemente, observando con confusión al rubio.

- eso idiota, ve a dar un paseo al lago. - se burló, recibiendo una patada discreta por parte de el pelimorado.

- gracias, Zuzu. Los usaré. - realmente no le interesaba la opinión de los demás, si era por complacer al peli verde, usaría hasta lo más ridículo de el mundo.

El peli verde se los colocó, observándolo y asintiendo con aprobación.

- bien, creo que cumplirán con su función. Además, te quedan geniales. - el rubio detrás de ellos fingió arcadas que el peli verde no noto.

- eso crees? Tendría que usarlos más seguido entonces. - sonrio cálido.

- seguiré con lo mío, esfuérzate. - deseo, alejándose de ellos.

- tu también, ánimo. - murmuro siguiéndolo con la mirada.

- carajo, los jodidos corazones vuelan alrededor de sus cabezas cuando hablan, dan asco. - entre dijo el rubio.

- tu también? - cuestiono incrédulo. - no hay nada, ni lo habrá. A mi no me gusta, y yo tampoco le gusto.

- apestas mintiendo. - el pelimorado lo observó con insistencia. - carajo, nisiquiera te has dado cuenta. Eso lo hace aún más irritante. Los dos son malditamente lentos.

- que no! Primero Takeshi, luego Mina, incluso Denki. Y tú? Al menos dime porque todos tienen la rara idea de que nos gustamos mutuamente.

El rubio dejó el cuchillo sobre la tabla de picar y lo observó molesto.