CAPÍTULO 8

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En pocos segundos, mil ideas pasan por mi mente ¿me doy vuelta? ¿no lo hago? Si hay alguien, ¿salgo corriendo o le doy pelea? Y como si mi mente y mi cuerpo fuesen dos cosas totalmente distintas, me doy vuelta y miro hacia todos lados buscando algo, pero no hay nada.

Mierda.

No estoy alucinando, vi con nitidez que algo pasaba detrás de mí, y todo en la habitación parece tan calmo... ¿Y si está todo dentro de mi mente? ¿Y si los especialistas que escuché hablar con mi padre estaban en lo cierto? No lo creo, porque estoy seguro de lo que acabo de ver, y lo que sentí hoy al despertar fue tan real... Me cuesta ponerlo en palabras pero ¿por qué tanta gente se resiste a que haya algo más allá de nosotros? O quizás ni siquiera más allá, quizás en este mismo lugar, en este mismo momento, solo que no podemos verlo. Nuestro cerebro debe ser tan inteligente que bloquea el acceso de estas cosas al común de la gente. Tal vez, al lado de cada persona haya alguien o algo que no pueden ver, y está bajo un velo porque no podrían soportar ver. ¿Has visto realmente? no sé por qué, pero esas palabras vienen a mi mente.

Una vez le comenté esto a papá pero me dijo que eran ideas locas de "ese libro de fantasía que lees tu". Creo que no le gusta, pero yo no puedo dejar de leerlo, hay algo en él que me fascina y que no me permite despegarme de su prosa. Incluso cuando estuve internado, fue mi única lectura durante meses, me lo conozco casi de memoria.

Miro hacia el estante que está en la pared, en donde siempre dejo mi tomo de La orden de los seis. Hay algunos libros más, pero nada me llama tanto la atención como él. Hace varios años, la última vez que entré al sótano de casa, encontré una caja de madera bastante grande, intenté cargarla con ambos brazos pero no pude agarrarla, así que decidí abrirla ahí mismo. Esperaba encontrar algo grande, o quizás ropa, pero no mucho polvillo y un libro. ¿Por qué algo tan grande para algo tan pequeño?

Lo estaba por dejar ya que la lectura no me interesaba tanto pero algo en su tapa me llamó poderosamente la atención así que lo agarré y desde ahí no me separé de él. Nunca supe cómo llegó allí esa caja, ni ese libro, y Chester afirma lo mismo, cree que quizás está desde que nos mudamos porque nadie entra al sótano. La casa podrá tener sus desperfectos, podrá ser helada y tener muchas cosas rotas, pero habitaciones no faltan, así que nunca fue necesario bajar, y es raro, porque no se encuentra en tan mal estado, parece un hábitat que antaño se ha utilizado, solo que ahora está lleno de telarañas y el foco de la luz ni funciona. Pienso que estaría bueno ir, pero el recuerdo de algo pasando por mi espalda o agarrándome de los tobillos me quita las ganas.

Es por el libro que uso los números tres, seis y nueve para calmarme, me dan suerte y me bajan un poco la ansiedad. En la historia los números son muy importantes para los personajes y para el orden del mundo, aunque no sé qué tanto. Encontré en La orden de los seis una historia de fantasía que me permite evadirme de la mierda del mundo real cada vez que quiero, e incluso me identifico con él porque tiene una peculiaridad que seguramente para muchos podría ser desagradable: está incompleto, como yo.

Me di cuenta de esto cuando una escena se cortó de una página a la otra, y al mirar bien percibí que tenía páginas arrancadas, quizás unas veinte o treinta así que no conozco el final, es incierto, y en cierto modo me gusta que sea así... fantasear con lo que podría haber pasado. Me da miedo encontrarme con el final y llevarme una decepción muy grande. ¿Para qué quiero leer el final si la aventura del medio es increíble?

De todas formas, lo he buscado por internet, en distintas bibliotecas, también en librerías populares, e incluso cada vez que me encuentro alguna librería pequeña de libros usados, revuelvo entre todos los tomos para ver si está. Termino con las manos llenas de polvo y sin el libro porque no lo encuentro en ningún lado, pareciera que no hay rastros de otros tomos. Incluso en las páginas donde siempre está toda la información, no dice nada acerca de la edición, el año en el que se publicó o cuántos ejemplares imprimieron.

Estudiante por accidenteWhere stories live. Discover now