Capitulo 1

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Arleth

Con tanta tensión por ver lo que había en la bolsa, consideré que un baño era lo mejor, por ello me metí bajo la ducha por varios minutos, hasta que sentí que le hice demasiado daño al planeta derramando agua por un simple baño.

Salgo en toalla con la nueva canción de Sia en la cabeza la cual tarareo por lo bajo.

Busco mi bolso pero no está en donde lo dejé, no hay magos que sepa para que desaparezca así, digo para mis adentros. El clima se siente más frío, la luz se apagó o se las cortaron. La economía está muy difícil para todos.

Siento que estoy siendo observada, pero las ventanas están cerradas por lo que descarto a los paparazzis. No saben dónde estoy, espero. Sería mucha mala suerte que en mi primer escapada de los medios sea descubierta.

Tropiezo con una maleta, pero al tocarla descubro que no es la mía. Esta pesa más y tiene mayor tamaño.

Retrocedo, pero el grito de mi garganta al sentir algo puntiagudo tocar mi pie me hace girar de golpe, chocando con un mueble al que me aferro.

__ ¡Arleth sigue así y tendrás la muerte más idiota del mundo! - me regaño.

Sobo la planta de mi pie, intentando calmar el dolor. Pica y duele. Si agarro una infección terminaré siendo alguien igual al soldado del invierno, pero con el pie.

Camino hurgando entre los cojines de los muebles sin resultados

__ Si aquí roban, nadie debería confiar para venir a follar. - hablo por lo alto dándome la vuelta chocando con un cuerpo gigante, o al menos me lo parece porque mi cara queda directamente contra el pecho haciendo que rebote, retrocedo sacudiendo la cabeza para ver con quien...

__ Ya me robaron todo, llegaste tar...¡Por los clavos de Jesús! - exclamo cuando esa mirada ambar impacta de golpe contra mis ojos. Un tipo con una altura que me hace desaparecer al solo tenerme cerca. Esa cosa no es humana. Su mirada no lo es. Siento frío con solo verlo, pero este parece devorarme con solo fijarse en mí. - Por las chanclas de Moises y mis calzones al revés.

__ ¿Qué? - pregunta esa voz ronca que me eriza la piel, el corazón se me desboca y las piernas me empiezan a tambalear.

¿Es un hombre? ¡Claro que lo es! Creo, no sé si abajo tenga.

Giro a ver el bolso. ¿Será que es igual a...

Perdonáme señor, sabes que voy a la iglesia todos los domi...bueno, casi todos los mes... sí he ido. Pero creo que necesito confesarme.

__ Sal de la habitación. - lo empujo pero luego pongo de nuevo mis manos contra mi pecho.

__ ¿Perdón? - increpa - Que yo sepa pagué por un servicio, ¿quién eres tú?

Maldición, es el tipo que vendría.

__ Disculpa. No sabía.

Me doy la vuelta haciendo una mueca de la cagué cuando no me ve. Yo y mi bocota.

__ Es un error. Yo no...

__ Ya no importa - se quita el saco quedando solo con su camisa con los botones sueltos. - Haz lo tuyo y te vas.

__ ¿Lo mío?

__ Sí. Lo tuyo, sabes a lo que vienes ¿no es así?

Ni idea.

__ Lo siento, esto es un error. Yo pagué esta habitación para descansar no para follar con nadie.

Frunce las cejas.

Wildness Where stories live. Discover now