Capítulo 15

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Gavrel.

No estoy pensando. No estoy razonando, soy más impulsos que persona en este momento, pero no olvido a quién tengo sostenida contra la puerta y entre más lo pienso la dureza se hace incluso más dolorosa.

Mi mano se estrella en sus glúteos, la piel se le enrojece al instante, avasallando mis sentidos con solo ver eso. Una vez más, causando el choque que se escucha por lo alto, Arleth se estremece y su voz se ahoga con el dos que me hace pasar saliva.

__ Tres. - cuenta en un gemido que me hace ver el rojo en su piel, cuando mi mano golpea una y otra vez su piel.

Mi polla tiembla y duele mucho más con los gemidos en los que se convierten sus números. Paso saliva, echa la cabeza hacia atrás y le como la boca en tanto doy tres palmas más contra la unión de sus glúteos que me hacen apretar la mandíbula.

__ Arleth, llegó Baxter. - le avisan atrás de la puerta.

No estoy pensando muy bien, pero la llevo contra mí entrepierna que se entierra entre sus nalgas, soy quién debe mantener el agarre, pero estoy a nada de soltarla y abrirla de piernas para entrar en su coño que ya mojó las bragas delicadas que decoran su piel.

__ Arleth, lo querías ver ¿no? Acaba de llegar. - insiste la prima en lo que ella saborea mi lengua con descaro, aprieto sus glúteos con gran fuerza sin alejar mi polla de ahí. Se siente tan bien como la aprieta y ni siquiera estamos como deseo.

Está demasiado excitada porque no se queja, solo pide con un gemido que le dé lo que quiere, pero me deja hurgar en su boca con mi lengua y mi verga comienza a gotear, suplicando por ser atendida.

__ ¿Arleth, vendrás o no?

__ En un momento iré. Estoy en...algo. - pasa saliva sin quitarme los ojos de encima, mientras tiene los labios hinchados por tanto dejarme ser dueño hasta de cómo respira.

__ ¿Necesitas algo? - le preguntan. - Te escuchas algo agitada.

__ Sí...¡No! - aclara su voz. - Tardaré un poco aquí, estoy en una llamada importante.

__ Ok, trajeron un postre delicioso. Te apartaré un poco si no llegas a tiempo. - ofrece. «yo puedo darle algo que le gustará más» Arleth mueve la cabeza como si pudieran verla, mientras la tengo contra la madera a punto de follarla con solo treinta y siete deliciosas palmadas en su trasero apetitoso.

__ Estás muy mojada, salvaje. - muerdo su cuello. - ¿Olvidaste la cuenta? Podemos repetirla cuanto gustes.

__ No la he perdido, animal. - refleja su excitación. Que esté enojada me pone más.

__ Así me gusta. Que seas obediente.

__ Solo porque...

Mi palma se estrella en sus nalgas de nuevo y su cabeza cae hacia adelante con el número que continúa, esta vez no pienso apresurarme, me importa un carajo si nos descubren.

Le tengo ganas, estoy enojado y no contento con las más de sesenta palmadas no me detengo cuando escucho pasos, los cuales la hace morderme el brazo.

__ Detente, estoy por...

__ Me gustas valiente. Córrete si quieres, pero no quiero que olvides quien te pone caliente y quien te deja con el coño tan sensible.

No pierde tiempo y con las siguientes palmas en su trasero la veo tensarse como si estuviera a punto de llegar a la liberación que tanto desea.

Estoy por correrme también, pero las siguientes son tan tortuosas para ella como lo son para mí que no soporto las que tenía en mente y abro la cremallera del pantalón para liberar la longitud que mantengo en mi mano para ponerla de rodillas.

Wildness Where stories live. Discover now