Capítulo 23: Cambio de opinión

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Adam apagó la tableta, ocultando los resultados de la prueba de paternidad que había estado esperando, eran la confirmación de que Chris Clare era su hijo.

Sin ningún signo contrariedad, dejó el dispositivo sobre el escritorio y le dirigió una mirada a Andrew.

—Necesito una copia impresa.

El beta sacó un sobre blanco y cerrado del interior de su saco.

—Lo tengo —dijo, tendiéndoselo.

Adam dejó el sobre encima del escritorio, procedió abrir una carpeta azul para iniciar la revisión del acuerdo de manutención y cesión de derechos que los abogados le habían enviado esa mañana.

—Así que… —comenzó Andrew.

Apartó los ojos de los documentos y alzó una ceja.

—¿Si?

—¿Realmente planeas dejar a tu hijo con ese omega? 

Suspiró, tener esa era una conversación con el beta comenzaba a cansarlo.

—Si.

Andrew asintió, en silencio, sorprendentemente no insistiendo otra vez, sin embargo, había algo más que lo inquietaba podía olerlo y sentir su mirada mientras volvía su atención al acuerdo.

—¿Cómo manejarán las visitas? ¿Cuándo podre conocerlo?

—No habrá visitas, y ya lo hiciste —puntualizó.

Su primo lo miró con desconcierto, su ceño fruncido un momento después en clara desaprobación.

—Espera, ¿no quieres conocerlo?

—No —contestó con facilidad. Más qué no querer hacerlo, una parte de él sentía no debía hacerlo.

—Acabas de confirmar es tu hijo, Adam.

—Lo sé.

—… ¿Por qué? ¿Es por la forma en que pasaron las cosas?

—Es lo mejor.

—¿Cómo es lo mejor alejarte de la vida de tu hijo? —Sus ojos se abrieron— Dios, por eso contactaste a los abogados por tu cuenta.

No respondió. Su decisión de renunciar a sus derechos sobre el niño no se debía a ningún rencor mal dirigido dada su concepción, simplemente deseaba mantenerse alejado, entre Clare y Adam la mejor opción para criarlo era el omega.

Aunque, al igual que él parecía estar lejos de ser una buena persona, pero la investigación nunca había arrojado hubiera habido un maltrato físico hacia el niño, solo desatención que probablemente era resultado de juventud e inexperiencia; por alguna razón u otra, Clare había cambiado para bien en los últimos meses, y sobre todo, claramente el niño quería quedarse con el omega, recordaba la forma en la que el niño se había visto cuando Clare comenzará a llorar, tan asustado, preocupado y de alguna forma, culpable. Era claro el niño lo amaba. Padre e hijo deseaban estar uno junto al otro.

Adam nunca se había visto como un padre, ni siquiera cuando convertirse en compañero de Tristán había sido lo único en su cabeza.

—A la tía Rose le hubiera decepcionado tú decisión, tu madre habría querido estuvieras en la vida de tu hijo —acusó Andrew—, lo sabes.

Adam cerró los ojos, se inclinó en la silla, llevó su mano derecha a su pierna.

Con el corazón adolorido, pensó en la omega rubia, gentil y dulce que tanto lo había amado, que lo había amado hasta sus últimos momentos en una cama de hospital a pesar de que por su culpa había terminado allí.

Despertando como un personaje secundario en una novela BLWhere stories live. Discover now