[EXO] Lluvia de estrellas ✦

­Capítulo Tres: Lluvia

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Baekhyun no supo cómo es que las cosas los llevaron ahí, en un momento estaba de pie frente a Yoora en medio del supermercado, no sabiendo qué demonios hacer o decir, y veinte minutos después, se encontraba ocupando los asientos traseros de un lujoso Audi, escuchando como el tarareo del esposo de su antigua vecina aligeraba muy poco el tenso ambiente.

La mirada de Yoora era aguda desde el retrovisor; que la canción acompañando sus filosos ojos fuera nada menos que Evil queen, podría ser la causa por la cual se mantuvo quieto y en silencio por los últimos diez minutos. Él no tenía la culpa de que eso ocurriera, obviamente, todo fue por la misma mujer que no supo reaccionar ante la aparición del hombre de gafas que, buscaba a su extraviada pareja en los pasillos del establecimiento.

La mujer estuvo frente a él, con el rostro lloroso sosteniendo una prueba de embarazo en sus manos, y Baekhyun dudó, no sabiendo si debía hacer un comentario al respecto u ofrecer su ayuda, o darse media vuelta y fingir que nunca se encontraron.

Ellos nunca fueron tan cercanos en primer lugar.

Su cabeza meditó un segundo sobre ese hecho, pero dos después tenía en sus manos la caja ajena. Yoora fingió reír, el leve toque de sus palmas palmeándole mientras le felicitaba.

¿Se había vuelto loca?

Lo que pasó después fue como un sueño guajiro en cámara lenta; Yoora le rodeó los hombros y le presentó a KyungHo, para entonces su voz oyéndose tan lejana como debajo del agua, mencionando que Baekhyun era un amigo de la infancia al cuál se encontró cuando buscaba jarabe para la tos.

«Qué irónico» éste pensó.

Yoora se arrepintió de mentir tan pronto como lo hizo, y debió verlo venir, porque su esposo no solía ser de las personas que asentían y aceptaban las cosas sin rechistar, su naturaleza astuta solía voltear las situaciones a su favor (si el hecho de que Yoora vivió hasta los veintisiete años negando que alguna vez se casaría, y comprometiéndose meses después de conocerlo era una indicación).

KyungHo no dudó en mencionar que «el mundo era demasiado pequeño», agregó detalles como: «Mi mujer nunca comparte sobre su adolescencia», o «debes contarme algunas cosas vergonzosas de su pasado», además de sugerirle llevarlo a casa al notar que el carrito de compras del ajeno estaba lleno.

«Ella estará encantada de que puedan tener un poco más de tiempo para hablar», él añadió.

Pero bien, Yoora no estaba encantada. En especial cuando al no conseguir negarse a aceptar su ayuda, caminó con ellos hasta el lujoso auto donde sus bolsas de compras ocuparon por completo los asientos traseros.

Baekhyun esperaba que eso fuera todo, pasar por algunos kilómetros en la extraña compañía, actuar un tanto para salvar la mentira, y decir adiós en cuanto llegaran a su edificio. Es solo que... el destino o ese mundo pequeño que mencionó el hombre antes, era más real de lo que pensó.

—No me cansaré de decirlo, tu versión me gusta más que la original, ¿has pensando en hacer Jazz? —KyungHo cuestionó, sus ojos sonrientes mirándole por el espejo.

Sí, resultó que el cuñado de Chanyeol era uno de sus cuarenta y cinco mil seguidores en Instagram. El descubrimiento a la mayor no pareció hacerle bien.

—He practicado algunas canciones de Chet Baker, es posible que suba alguna en el futuro.

—Eso sería genial, ¿verdad amor? —El hombre de gafas inquirió para la tensa mujer—. Si decides hacerlo nos encantaría tenerte presentando la canción en el club de jazz, nos gusta tener voces nuevas en el negocio.