Gojo: Un Hechicero en la Sociedad de Almas

Capitulo 137: El comienzo

"Qué vergonzoso... Qué antiestético... Qué ridículo..."

De pie solo en lo que parecía una habitación japonesa tradicional, Yamamoto lucía una expresión horrible mientras miraba las pantallas y escuchaba el audaz mundo de Gojo.

Se podían ver venas gruesas latiendo en su frente mientras los destellos de luz y fuego lo rodeaban.

Él estaba enojado.

Por primera vez en mil años, estaba realmente enojado.

Podía sentir que estaba aprisionado en un espacio alternativo, muy probablemente como resultado del Bankai de Gojo.

Pero a Yamamoto no le importaba. Su espada podía quemarlo todo, incluso el espacio.

"Reducir todo a cenizas. Ryujin–"

"¿Por qué no te detienes, viejo amigo?"

Justo cuando Yamamoto estaba a punto de activar su Shikai, fue detenido por una suave voz femenina que reconoció fácilmente.

"Unohana... ¿Cuál es el significado de esto?"

Yamamoto miró con ojos fríos y asesinos a Unohana mientras la observaba entrar en la habitación.

Unohana, por otro lado, simplemente mostraba su habitual sonrisa pausada mientras caminaba a su ritmo.

"Amigo mío, realmente has envejecido".

"Explícate, Unohana. ¿Eres parte de esto?"

Él ignoró su burla e hizo la pregunta más importante. Su agarre, apretando su espada en el proceso.

Unohana sería un oponente complicado. Era a la vez poderosa e ingeniosa.

Pero su espada nunca flaquearía.

Si Unohana también fuera una traidora, el único resultado para ella sería la muerte.

No importaba cuánto tiempo se habían conocido y luchado espalda con espalda.

Los traidores tenían que morir.

"Viejo tonto obstinado... Puedo ver que diga lo que diga, no me escucharás".

"Escucharé una vez que todos ustedes, alborotadores, sean encarcelados o ejecutados".

La sonrisa de Unohana comenzó a estirarse lentamente y la vibración maternal que solía mostrar se desvaneció, reemplazada por una vibración espeluznante llena de sed de sangre.

Su cabello que estaba atado frente a ella se desató y comenzó a volar. Sacó su haori.

Yamamoto estaba inexpresivo. Había pasado tanto tiempo desde que había visto esta apariencia.

El que estaba frente a él no era Retsu Unonhana, capitán de la 4ª división.

Actualmente no era otra que Yachiru Unohana, el peor criminal de la Sociedad de Almas.

"¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que peleamos?"

Lentamente, comenzó a desenvainar su espada. Las llamas ya cubrían su cuerpo y su Reiatsu mostraba su aura ardiente.

Unohana inclinó la cabeza, "Fue cuando me capturaste y me obligaste a unirme a la espada número 13".

"Por cierto. Podría someterte entonces y todavía puedo hacerlo ahora.

"Je... Entonces, veamos si tus viejos huesos siguen siendo tan fuertes".

<<Bankai: Zanka no Tachi.>>

<<Bankai: Minazuki>>

Ninguno de ellos comenzó con un movimiento de sondeo. Ya sabían cuán poderoso era el otro y sabían que dar cualquier golpe significaría una muerte rápida.