1. MARJORIE

369 40 15
                                    

Mayfair, 1813

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Mayfair, 1813

El día más esperado en la vida de una señorita había llegado. La servidumbre de la casa Rogers se movía alborotada por la habitación de la joven Amelia. La pequeña de los hermanos Rogers había cumplido dieciocho años hace un par de meses, así que su hermano mayor y líder de la familia había decidido de que ya era el momento para presentarla en sociedad.

Las jóvenes que buscan maridos deben comparecer ante su máxima majestad, la reina Sophia. Una mujer bastante exigente que podría levantar o crucificar la reputación de una joven. Las jóvenes y sus madres casamenteras sabían que la opinión de la reina era lo único que importaba.

— ¡Lady Amelia! ¡Lady Amelia! Acaba de llegar la tiara. —dice Rose, la doncella de Amy—.

— Ven aquí Rose. Oh, Dios, ¡es preciosa! —observa la tiara perfectamente guardada en el cofre familiar—.

— La señora Nolan me dijo que fue la tiara que usó su madre cuando se presentó en sociedad. —replica Rose y los ojos de Amy se llenan de lágrimas—. Será como tenerla a su lado.

El corazón de Amy se apretaba al pensar en que sería quizás la única señorita que no sería presentada por su madre. Lady Stark, la hermana de su madre se había ofrecido a presentarla en sociedad y guiarla en todo el apogeo de los bailes. Steve se lo agradeció en demasía, pues no estaba bien visto que un hombre presentase a una señorita. Lady Stark respondió que fue lo que "Sarah hubiese querido". Además, no había ninguna otra mujer más cercana a Amelia que ella.

— Es tan raro, Rose. Sé que no está aquí, pero a veces pienso que entrará por esa puerta, me dará un beso en la frente y replicará su más grande consejo. —Amy soltó una sonrisa triste al recordar la frase celebre de su madre—. Nunca seas demasiado amable, porque te olvidas de ser inteligente. Ni nunca seas tan inteligente, porque te olvidas de ser amable.

Rose, quien conocía a Amy desde que era una niña y la ayudó a sobrellevar la muerte de su madre, sentía un profundo pesar al verla tan triste. La madre de Amy murió de gripe cuando la pequeña solo tenía doce años. George, el padre de Amelia y Steve, había muerto tres años antes.

— Todavía la siento a mi alrededor. —susurra con una sonrisa triste—. ¡Lo sé Rose! Me estoy volviendo loca.

— No lady Amelia, ella está aquí con usted.

Amy, cuando seas una señorita podrás ir a los bailes conmigo y sostendré tu mano con fuerza para avisarte quien es un buen partido y quien no.

No tendré pretendientes mamá, Steve los espantará a todos.

— No, claro que no. Yo críe muy bien a tu hermano y estoy segura de que dejará que un buen hombre despose a mi angelito.

Pero, ¿Estarás conmigo verdad?

Siempre mi angelito, siempre estaré a tu lado.

Inefable | Bucky BarnesWhere stories live. Discover now