7. MIRRORBALL

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Amy odiaba la hora del té

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Amy odiaba la hora del té. Claro, eso excluía de las circunstancias los momentos en los que se juntaba junto a su mejor amiga Milly a "tomar el té" y "conversar de la sociedad"; bueno, ciertamente hablaban de la sociedad, pero no de buena manera.

— Tú doncella ya se fue, ahora explícame que fue lo que vi en el jardín la otra noche. —dice, sentándose en una posición poco favorable para una señorita, acto que a Amy no le importa—.

— Nos besamos... —dice bajito para que nadie la escuche—.

Milly se encoge de hombros, buscando indagar más en la cabeza de su mejor amiga.

— ¿Solo eso? Vamos Amy, era obvio que no era primera vez que lo hacían.

— Mmm... Pensé que no habías visto nada. —bromeó Amy—.

— Vi más de lo que quiero ver acaramelados a cualquier pareja en mi vida. Amelia, sabes que solo me gusta el romance cuando me lo imagino en los libros y ciertamente no indagaría más si no fueses mi mejor amiga y lord Bedford no estuviese casado... —Amy baja la cabeza, sabe que no está bien lo que está haciendo, pero simplemente no puede evitarlo—.

— No lo sé, Milly; solo pasó. —se encoje de hombros—. Nació de una mirada ansiosa y de un momento a otro se convirtió en una reunión clandestina.

Milly, quien estaba al otro lado de la sala, se acerca al sofá en el que está su amiga para darle el apoyo moral que necesita. La joven siempre ha pensado que el amor puede romper hasta las barreras que la sociedad impone, ¿Qué importa lo que diga la gente? A Milly la han destruido en críticas por no mostrar la versión que la gente anhela ver de ella; es por eso que se prometió que jamás diría algo para desprestigiar a su amiga, ¿Qué ganaría con eso? De hecho, solo terminaría perdiendo a la persona más importante de su vida.

— Amy, sé que puedes estar muy ilusionada y que el duque de Bedford es el hombre más guapo y sexy que ha pisado cualquier baile de esta maldita sociedad. —replicó, tomando las manos de su amiga—. Pero es un hombre casado y en general, es un "hombre". ¿Quién sufriría las consecuencias si esto se sabe? Las dos y todo el resto de las mujeres de Inglaterra sabemos que la persona que sale perdiendo en esto eres tú. Ellos nunca pierden, Amy; es asqueroso y muy injusto, pero no lo hacen...

La joven no pudo evitar llorar por las palabras que le brindaba su mejor amiga. Claramente sabía que si este secreto ilícito veía la luz, ella quedaría completamente deshonrada. ¿Bucky? Lo máximo que podría sufrir eran un par de golpes de su hermano mayor, pero su vida seguiría adelante, junto a su esposa y a cualquier amante visible. Milly tenía razón, por el tal solo hecho de ser mujer ella salía perdiendo. Este amor ilegal la hacía la mujer más feliz del mundo, pero también la mataba poco a poco, como solía pasar en estos casos.

— Lo quiero, Amy; lo quiero desde la primera vez que lo vi...

— Lo sé, pero a veces querer no es suficiente, Amy. Esto no es un cuento de hadas que nos beneficia continuamente...

Inefable | Bucky BarnesWhere stories live. Discover now