La historia en la que Amelia se enamora del mejor amigo de su hermano.
Bucky siempre vio a Amy como la hermanita pequeña de su mejor amigo.
Las cosas cambian cuando después de su largo viaje por Grecia se reencuentra con una mujer nueva.
Amelia Rog...
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Revista oficial de Reina Lepe, Mayfair 1814.
Querido lector:
Al parecer la joya de la temporada fue encontrada en una situación más que devastadora. Lady Amelia Rogers se golpeó la cabeza con una rama justo en medio del bosque, objeto con el que vio chispas volar y cayó desmayada, así hasta que el conde de Middlesex y el duque de Bedford la encontraron.
A pesar de las circunstancias, la joya favorita de la reina Sofía ha asistido a los bailes con total regularidad, dejando ver que no tiene más que pocos rasguños, algo bastante beneficioso (y un til sospechoso).
Esta reina espera que la joya de la temporada siga brillando con la frente en alto, todo mientras procure no mirar al suelo. Nada puede asegurarle que con un nuevo golpe pueda romperse en mil pedazos.
Hasta que me extrañen nuevamente, se despide:
Reina Lepe.
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— ¡Amo esta revista! —grito Amy al terminar de leer el papel—. Que escritura más deliciosa, ¿Estás de acuerdo, Rose?
La joven miró a su doncella con una sonrisa en sus labios, la mujer en cambio, la miraba confusa. ¿Cómo podía alegrarse ante las palabras de una mujer que no dejaba de subestimarla?
— Creo que se está burlando de su caída...
— No, claro que no —sonrío—. Además, eso no importa. ¡Que día más soleado! —la joven se levantó de su asiento para mirar por la ventana de su habitación. Rose, quien seguía mirándola confusa, se quedó con el cepillo de pelo en la mano, pues había estado a segundos de peinarla—.
— ¿Está bien, lady Amelia? —preguntó, preocupada—.
— Muy bien, Rose. Creo que el golpe en la cabeza me hizo ver la vida de una forma diferente. ¡Hoy quiero ser feliz! —gritó con tanta alegría; luego, tomó las cortinas de su habitación y simuló un vestido—. Quiero verme hermosa para el baile de esta noche y quiero salir a pasear por la tarde, ¿Me acompañas?
La doncella sonrío. No sabía que era lo que la tenía tan feliz, pero le llenaba el alma cuando veía sonreír a Amy.
— ¿Quieres ir al parque? —preguntó y Amy asintió con una sonrisa en sus labios—. Bueno, entonces ven aquí y deja que te peine.
