8. NEW ROMANTICS

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Era de noche, la hora en la que Amy siempre solía escaparse de casa para hacer sus tareas como el valedor nocturno, pero hoy no saldría a esa hora, puesto que tenía la leve sensación de que Bucky la estaría esperando abajo

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Era de noche, la hora en la que Amy siempre solía escaparse de casa para hacer sus tareas como el valedor nocturno, pero hoy no saldría a esa hora, puesto que tenía la leve sensación de que Bucky la estaría esperando abajo. No quería volver a verlo, pero claro, tenía que comportarse cuando se encontraban en los bailes de la sociedad, como dos completos desconocidos que solo se saludaban por mera cortesía. Fuera de ello, se regocijaba en su corazón roto, sin permitirle el paso.

Tan joven, pero en un camino directo a la ruina, así se sentía constantemente. Distraería su mente saliendo a los barrios de la plebe y ayudando a quien lo necesitase, pero sin ese hombre que se encargó de arruinarle cada baile, cada cena y cada paseo, esto era de ella y no pensaba compartirlo con él.

Volvió a revisar la canasta con dinero y comida que cargaba constantemente en su caballo, estaba todo en orden—pensó—antes de volver a cerrarla.

Frunció el ceño cuando sintió como una pequeña piedra golpeaba en su ventana, se asomó sin ánimos de encontrarse con aquel hombre, pero se sorprendió mucho más al ver quien era.

— ¡Amy! ¡Amy! —escuchó un susurro desesperado de una persona con una capucha lo suficientemente grande para tapar todo su rostro—.

— ¿Milly? —respondió asombrada al reconocer a su mejor amiga. Ella nunca venía, sus padres eran demasiado aprensivos, hasta con la seguridad de su palacio, por lo que era muy difícil escabullirse—.

— ¡Baja ya! —se sacó la capucha que la cubría, dejando entrever su ropa masculina—. No me juzgues, no es mía, es de Nate.

Amy soltó una carcajada que cubrió con su mano, cerró su ventana y se apresuró a bajar por las escaleras de servicio, cuando llegó a la planta baja, lanzó la canasta por una de las ventanas y luego salió por la misma. Ahora ocupaba esta táctica, puesto que la señora Nolan tenía un sueño liviano y solía despertarse al escuchar una de las puertas abrirse, por poco y habría sido descubierta.

— ¿Qué estás haciendo aquí? —le susurró a Milly—.

— Mis padres fueron a una fiesta y dejaron que me quedase en casa, le robé esta ropa a Nate. —dijo, luciendo su outfit—. ¡Soy todo un hombre valeroso dispuesto a conquistar a una esposa que me lave los pies antes de dormir!

Amy aguantó la carcajada que quiso escapar— siempre había querido ir a esta aventura con su mejor amiga, al final del día fue idea de las dos ayudar a la gente que lo necesitaba.

— ¡Vámonos antes de que Nate descubra que le saque su camisa favorita! —Milly tomó del brazo de su amiga y juntas corrieron hasta los establos a buscar a Lila. El caballo de Milly "Celia", estaba amarrado justo a las afueras del mismo. Cuando acomodaron todo, cabalgaron juntas por medio del bosque, para no levantar sospechas a tales horas de la noche.

El cambio de un barrio a otro era notorio hasta para alguien que jamás hubiese pisado tales lugares. Uno lleno de lujos y mujeres caminando por el parque solo por diversión, con sus hermosos vestidos y collares que podrían pagar la comida anual de cientos de personas; en cambio, esta parte de la ciudad era diferente, la pobreza se notaba, pero la diversión no cesaba, no era raro ver a una mujer en pantalones, podían beber, conversar y jugar a las cartas con los hombres, sin que ninguna madre casamentera o padre aprovechado los casase. Amy había vislumbrado a muchos hombres de la elite en tal lugar, solían pagar unos peniques para pasar la noche con una joven.

Inefable | Bucky BarnesWhere stories live. Discover now