5. HIGH INFIDELITY

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Una semana después

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Una semana después

El viento le golpeaba directamente en la cara. El calor subía por sus manos y el sudor hacía imposible soportar sus guantes. Su caballo galopaba por el bosque, tratando de buscar un escondite que pudiese protegerle de los hombres que venían detrás, dispuestos a atrapar al merodeador. Condujo a la bestia por los lugares más impredecibles, esos en los que el resto de los nobles no estaban dispuestos a sucumbirse. Así, se escondió durante unos minutos, hasta que no escuchó otro galope, lo que presupuestaba que los hombres habían desistido de encontrarle.

Si se conocía su identidad todo se iba por la borda. Todo lo que habían planeado quedaría en nada, la desdicha les comería, lanzándolo al abismo y al rechazo de la sociedad. No podían permitirlo, no porque le interesaran los placeres de la sociedad. Si era atrapado, no podría seguir ayudando y eso era lo que realmente importaba.

Se limpió los pantalones de montar y se arregló la camisa. La herida de su pierna dolía, un hombre se había acercado lo suficiente y le había rasgado el pantalón con su navaja, pasando a llevar parte de su muslo.

Tuvo suerte, puesto que era claro que esos hombres utilizaban armas y una de esas balas podría haber acabado con su vida y así con todo ese futuro que tenía por delante. No era que su vida futura fuese muy placentera, pero ciertamente no quería morir.

Como pudo cabalgó hasta Bedford palace, cerrando los ojos para soportar el dolor del corte. Amarró su caballo en uno de los árboles del patio trasero y caminó rápidamente, agarrándose la herida que sangraba con cada paso, así hasta que llegó a las habitaciones de la parte trasera de la propiedad. Se agachó y alcanzó pequeñas piedras, que fue lanzando una por una a la ventana de la oficina, así hasta que la persona que buscaba asomó la mitad de su cuerpo por la misma.

El hombre, al verle en esas prendas y con un corte en la pierna quedó perplejo, sumiso de la impresión.

— ¡¿Amy?! —gritó, pensando ciertamente de que ese vaso de brandy le había hecho efecto—.

— Bucky, necesito tu ayuda, estoy herida. —dijo, antes de desplomarse en el suelo al no sentir la pierna—.

El hombre bajó rápidamente en dirección al patio trasero, donde se encontraba Amy en el suelo. Abrió la puerta con suma velocidad, sin importarle que alguno de los trabajadores lo viera. Así, llegó a su rescate, la tomó por la cintura y la levantó en brazos.

— ¿Amelia?

— Puedo explicarte todo, Bucky. Ahora, ayudame, por favor. —Amy se agarró de su cuello y el duque entendió de que no era momento de hablar, primero debía curar su herida—.

Así, la llevó rápidamente a sus aposentos, donde la recostó en su cama, apretó la herida con un torniquete y llamó a una de sus sirvientas para que trajera los implementos necesarios para parar el sangrado. Despertó a Rita, puesto que le tenía máxima confianza. La mujer entendió al instante el por qué de su llamado, así que corrió a toda velocidad por los implementos.

Inefable | Bucky BarnesWhere stories live. Discover now