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❘❙❚ ISSUE #14 ░░░░ VOL. 3 ❛ QUE SE JODAN ❜ ┆🌹
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tw:contenido sexual moderado.
Rosie deambulaba por su habitación cómo si hubiera sido poseída. Ben había ido a buscar su cena que la dejaron en su habitación, a ella le trajeron un pedazo de carne tierna con ensalada de patatas y tomates, una salsa por encima y un vaso de agua. Estaba muy nerviosa por lo que pasaría luego de la cena.
Se había leído mil veces las revistas femeninas que explicaban cómo prepararse para la noche especial. Apretaba un dedo pulgar contra la mano contraria nivelando su nerviosismo y tranquilizándose manipulando las hormonas. No quería decírselo a Ben, pero los doctores vieron en unos de sus exámenes la irregularidad hormonal en su cuerpo, de un momento para el otro pasaba del temor a un estado de tranquilidad. Así era cómo había estado controlando sus emociones desde el compuesto N. Le preguntaron si sabía de un poder nuevo y ella respondió que no. Ya no los dejaría usarla, era suficiente con que averiguaran el poder de las toxinas. Consiguieron lo que querían: la capacidad de producir toxinas con la palma de su mano, pudiendo alterar tóxicos. Los doctores ya no se le acercaban mucho, no después de que se escapara. Habían hecho uno que otro comentario, pero cuando Rosie sugirió que podía inundar la base militar con gas metano, ya no volvieron a dirigirle la palabra. Hasta el doctor Stein cambió su despectivo trato a uno más formal y sin tantos chistes ofensivos, el circo de soldados ya no la arrinconaban en los exámenes exteriores —cortesía de Ben y su amor por ella—, y hablando de Ben ¿Qué le tardaba tanto?
Rosie se miró en el espejo del baño por decimotercera vez. Su cabello estaba perfectamente peinado, se había hecho una corona baja trenzando unos mechones y agregó una tira de planta que le crecían unas diminutas florecitas blancas. Pensaba que se veía más linda con el maquillaje que le había hecho la señora Susan, lamentaba no tener nada de maquillaje. Aunque... sabía hacer frutas. Se le ocurrió usar unas fresas para darle un color más vivo a sus labios. Ella pensó que se veía más bonita así. Se había higienizado como la revista decía, perfumó su cuerpo y fue más allá buscando el mejor método anticonceptivo.
El ensayo de Robin tenía un apartado que hablaba de la historia del anticonceptivo y lo enlazaba con la falta de libertad sexual. Las mujeres desde años antes de Cristo encontraron formas para evitar los embarazos no deseados, se recomendaba la colocación de un limón dentro de la vagina para matar los espermas, se untaban aceites, vinagres, manteca, existían unas cosas llamados preservativos hechos a partir de hígado de animales, piel y plantas. Rosie optó por el jugo de limón y el coitus interruptus, le diría a Ben que no acabara en ella.
