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❘❙❚ ISSUE #16 ░░░░ VOL. 3 ❛ MUJER MILITAR ❜ ┆🌹
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Las paredes de la base militar murmuraban detrás de su espalda, cada vez que abandonaba un pasillo dejando a una persona detrás, no importaba si eran militares o doctores, personal de limpieza o del servicio, cada uno la miraba haciendo un paso para atrás y esperaban a que se alejara lo suficiente para cuchichear. Los soldados se reían entre ellos y, cuando creían que estaba sola, hablaban de su entrepierna y de sus senos. La habían llamado prostituta, ella sabía muy bien lo que significaba.
—No tienes que darle importancia —le decía Nancy consolándola. Rosie no había resistido las lágrimas después de atravesar un pasillo lleno de hombres que se animaron a decírselo de frente—. Los hombres siempre tratarán de rebajar a las mujeres que están por encima de ellos. Tu eres más poderosa que todos, ellos son los que deberían de llorar por ti. Rosie, tú eres más poderosa que Ben, que su fuerza no te intimide. Ellos te insultarán hoy, te verán de forma despectiva, asquerosa, pero el día de mañana, ellos mismo se arrodillarán ante ti. Créeme lo que te digo. No derrames ni una sola lágrima por ellos.
Se sentía mejor después de hablar con Nancy, pensó que su día continuaría mejor. Se equivocó, la llevaron a una de las clases del profesor Downey. Habían estado bien hasta ese momento, aprendió de los países y su historia de independencia, le explicaron las guerras y la sociedad, a pesar de que solo había conocido el pueblo. Le gustaban sus clases, pero esa fue horrible. Le dio un discurso sobre lo que había hecho con Ben. Dijo que Dios era misericordioso, pero no toleraba las relaciones extramatrimoniales. Rosie no entendía por qué estaba mal. A ella le gustó lo que hizo con Ben y daba igual, todo el mundo la insultaba ¿Y era ella la que tenía que cambiar? ¡Qué se jodieran todos! Estaba harta de esa base militar que le guardaba secretos, la usaban para experimentos porque sus padres lo permitieron. Rosie se dio cuenta que nadie la ayudaría a cambiar su vida, nadie allí estaba interesado en su felicidad —solo Ben, su novio—, sin embargo, Rosie si accedió a una charla con el director general de V.A.C.
—¿Cómo estás dulzura? —dijo el hombre. El portafolio que llevaba citaba el nombre Joel Burton, un tipo que estaba perfectamente aseado, el cabello lo suficiente largo para camuflar la pérdida en algunas zonas y no pudo evitar ver lo prolijas que estaban sus uñas.
—Bien —murmuró sentada frente a él, mirando sus cordones. No estaba bien, toda la base militar la estaba llamando puta y cuchicheando sobre su cuerpo. No podía lidiar con algo así, quería volver a su habitación y no salir por días.
