Blue (Jenlisa)

Capítulo 3

Jennie arrugó la nariz, rodando sobre ella para tratar de evitar la luz cegadora proveniente de la ventana. Unos instantes más tarde su mente se encontró con ella y se sentó rapidamente. Sus ojos escaneraron la habitación y entró en un estado de pánico.

—¿Lili?—preguntó ansiosamente, mirando hacía la parte de la cama vacía donde Lisa había estado. Salió de la cama y se mordió el labio nerviosa. ¿Dónde se había metido Lisa? Jennie siempre era la primera en despertarse.

—¿Hola?—Jennie levantó la voz y buscó por todos los rincones en busca de alguna señal de Lisa—¿Lili?

Dio un salto cuando la puerta se abrió de golpe y Jisoo apareció, levantando una ceja a la joven.

—Está en clase Jennie, ya lo sabes—Jisoo se frotó los ojos.

—No dijo adiós—Jennie sacudió su cabeza y se dejó caer en la cama—Está enfadada conmigo.

—O a lo mejor llegaba tarde—Jisoo suspiró y caminó hacia Jennie, sentándose al lado de ella—Ella estará de vuelta antes de cenar, siempre lo está.

—Lo sé—Jennie se echó en la cama y se cubrió totalmente con las mantas.

—¿Qué estás haciendo, Jendeukie?—Jisoo la miró extrañada y rió, Jennie se alejó.

—Estoy durmiendo. Por favor, vete—Jennie enrolló la manta alrededor de sus puños y respiró hondo. No quería que Jisoo viese que estaba enfadada de que Lisa no se hubiese despedido.

A Jennie los 'adiós' le asustaban, pero de otra forma también le reconfortaban. Ya tuvo que decir muchas veces adiós en su vida. ¿Y si Lisa nunca volvía? No podría ni recordar las últimas palabras que intercambiaron.

Jisoo suspiró decidida. Dejó la habitación sin decir ninguna palabra más, haciendo que la joven se estremeciese cuando esta cerró la puerta.

Jennie levantó la cabeza con cuidado y se mordió el labio. Lentamente se desenredó de las mantas y caminó al pasillo. La música estaba a todo volumén en la habitación de Jisoo, asumió que Rosé todavía estaba dormida y Lisa y Nayeon en clases.

Con cuidado, Jennie se sentó en el suelo junto a la puerta y se puso sus converse. No estaba muy segura de que hacer con los cordones, así que simplemente los dejó sin atar. Levantándose de nuevo, revisó el lugar para asegurar que nadie la iba a ver salir por la puerta del piso.

El parque estaba al otro lado de la calle, lo recordaba. Soltó una tímida sonrisa cuando recordó las flores que Lisa había plantado allí. Habían estado tan ocupadas con las vacaciones que no se acordaron de ir a visitarlas en un tiempo. Jennie sabía que era tiempo de darles algo de atención.

Se estremeció cuando estuvo a fuera, vio los zumbidos de los coches en esa calle ruidosa. Los coches eran malos. Al menos que estuvieses dentro de ellos. Si no estabas dentro de ellos, caminar cerca de ellos no era seguro. Lisa le había enseñado eso.

Lisa también le había enseñado como cruzar la calle y así no correr ningún peligro con los coches. Jennie miró al cielo y sonrió, contenta de estar en el exterior. Estaba frío pero eso no le molestaba mucho.

Estaba parada pacientemente esperando en la cera a que el muñequito del semaforo indicase que se pudiese pasar. Segundos más tarde el trafico se paró y Jennie rió y caminó al otro lado.

Rápidamente caminó dentro del parque, aumentando el ritmo cuando ya estaba más cerca de las flores. Le recordaban a Lisa. Bonitas y coloridas. Pero Lisa estaba enfadada con ella, asi que sus flores era la siguiente mejor cosa.

Su expresión cambió cuando rodeó la esquina y se encontró con algo inesperado.
                   
Las flores que algunas vez fueron coloridas yacían muertas en el suelo, cubiertas por una fina capa de escarcha. Jennie inmediatamente corrió hacia ellas, cayendo de rodillas y acariciando suavemente la parte superior de las flores.