Blue (Jenlisa)

Capítulo 34

El camino a casa fue silencioso. Lisa miró a Jennie, sabiendo por la expresión en el rostro de la chica, que estaba pensando sobre todo en su cabeza. Jennie necesitaba tiempo para procesar todo, Lisa entendía eso.

En silencio, Lisa se acercó y tomó la mano de Jennie con la suya. La pequeña chica miró a Lisa antes de mirar hacia sus manos, sintiendo a su novia trazar pequeños círculos en la parte posterior de su palma. Le sorprendió cómo con solo un simple toque podía traerle mucha comodidad.
                   
Una vez que se detuvieron en el camino, Lisa le dio a la mano de Jennie un ligero apretón para hacerle saber que habían llegado a casa. La pequeña chica levantó la vista y miró entre Lisa y la casa, sonriendo nerviosamente cuando vio varios coches estacionados en la calzada.

—Mierda—Lisa maldijo en voz baja—Mi papá debe de haber invitado gente...—se mordió el labio y estudió la expresión de su novia. Sorprendentemente, Jennie puso una sonrisa valiente y apretó la mano de Lisa antes de deslizarse fuera del coche.

—Podemos solo ir arriba—Lisa negó con la cabeza, alcanzando a Jennie y siguiéndola por el sendero hasta la puerta principal—No tenemos que-

—¡Jennnnie!—Maggie sonrió ampliamente, abriendo la puerta y salió corriendo a agarrar la mano de la chica rubia—¡Papá está haciendo Hot-dogs! ¡Vamos!

Lisa estaba a punto de decir algo, pero Jennie la miró y le dio una sonrisa de disculpa antes de seguir a Maggie al patio trasero. Lisa se quedó confundida por unos segundos, recomponiéndose rápidamente y corriendo tras Jennie.

Lisa fue empujada rápidamente a saludar a los miembros de la familia que habían venido a cenar, pero ella siguió manteniendo un ojo vigilante sobre Jennie, que había sido metida a un juego de "monkey in the middle" con los niños más pequeños.

Una vez que Lisa fue capaz de desprenderse lejos de sus parientes, ella corrió hacia el grupo de niños y le dio a Jennie una pequeña sonrisa, indicándole que se acercara.

—¿Te importa si me la prestas un rato?—se rió, volviéndose a Maggie, quien asintió con alegría antes de regresar a su juego.

—Me imaginé que te vendría bien un descanso—Lisa se rió suavemente cuando Jennie la miró con confusión. La pequeña chica asintió. A veces Lisa la conocía mejor que ella se conocía a sí misma.
                   
Lisa agarró la mano de Jennie, mirando detrás de ellas antes de llevarla a la casa del árbol en su patio trasero. Había pasado muchos días allí cuando era niña, cuando ella necesitaba alejarse y despejar la cabeza. Tal vez haría lo mismo para Jennie.

Después de subir a la casa del árbol, Lisa le ofreció una mano a Jennie, quien la tomó tediosamente. Lisa se acostó en el piso de madera y se quedó mirando el techo, volteándose para mirar a Jennie que se sentó en silencio junto a ella. Se dio cuenta de que la chica no había dicho una palabra desde que llegaron en el coche.

—¿Qué estás pensando?—preguntó Lisa en voz baja, extendiendo la mano y entrelazando sus dedos. Jennie miró a su novia, mordiéndose el labio y mirando sus manos.

—¿Fue mi culpa?—la pequeña chica por fin habló, llenando el aire vacío. Lisa al instante se sentó, inclinando la cabeza hacia un lado.

—¿Qué?—preguntó la chica de ojos mieles. Jennie se encogió de hombros y negó con la cabeza, tratando de descartar su pregunta. Por supuesto, Lisa no permitiría que eso sucediera.

—No, ¿qué?—preguntó en voz baja Lisa, tirando de la mano de Jennie—Quiero saber lo que está en tu mente.

La chica de ojos café suspiró pesadamente y miró a Lisa, haciendo una pausa por un momento.