Titánica Labor (Titi y Quacks)

Capítulo 1: Tiempo de calidad

Cuando Titi se había cansado de Peppa, procedió a tener uno de sus arranques de energía que le permitía correr seis veces al rededor del patio antes de decidir que jugar. Quackity corría tras del niño, no para seguir su juego, él estaba mucho más cómodo en la sala mirando TikTok, gracias, sino para evitar que el escuincle se abriera la maceta, ya que la casa nunca había sido acomodado para evitar accidentes provocados por humanos de menos de un metro.

-A ver, a ver Titi, ven para acá, ven para acá, no vayas a la cocina, ¡No! ¿Qué es eso?-.

-Uchillo- respondió Titi, mostrándole un cuchillo.

-¡NO!-.

Después de gastar un poco de energía (y quitarle el cuchillo) Quackity le dió un tarro con plastilina que tenía para desestresarse y ejercitar las manos, en seguida Titánicus comenzó con una construcción que seguramente tenía sentido en su mente. El niño le balbuceó una historia sobre un caballo mientras hacía caminar a lo que suponía era una pobre imitación del animal, Quackity hacía sonidos en el momento adecuado y a veces hasta le sonreía, pero la verdad estaba más atento a la hora en su celular, el horario de salida normal del trabajo de su padre era hace treinta minutos, por lo que si no se desviaba al bar hoy, tendría que lidiar muy pronto con darle la noticia de su viaje compartido con Titi.

-... el baballo etaba muy moleto con el hombre malo, entonces... Entonces no le dió comida, también no le dió agua, entonces...-  eso le recordaba que si las cosas salían mal no habría posibilidad de alimentar a Titi más tarde, así que levantó al niño mientras seguía contándole algo sobre un "espirit" y lo sentó sobre una silla en la cocina mientras le hacía unos simples Sandwich.

No habían terminado de comer cuando la luz de un auto se reflejó a través de la puerta de la cocina, el corazón de Quackity se aceleró un poco, pero sabía que podía lidiar mejor con un Willy sobrio que uno en la quinta casa. Por si acaso se sentó al lado del niño y siguió comiendo como si no pasara nada.

Cuando los pasos alcanzaron la cocina su padre notó inmediatamente a Titi y su cara se agrió un poco, Titi también se acercó más a su hermanastro, sabiendo que el hombre frente a él no tenía miedo a gritar, contrario a su mamá o Quackity.

-Hola- dijo el mayor, se veía lo suficientemente cansado como para no armar un escándalo al respecto, como había hecho alguna otra vez.

-Hola- respondió Quackity y señaló -te dejé unos sándwiches si quieres, siguen calientes-.

El mayor asintió y se recostó sobre el mesón mientras comía, miraba atentamente a la prueba de que su ex había pasado página. Cada año parecía aceptarlo más y más, él mismo había comenzado a salir con otras personas hace ya dos años, pero aún parecía ser una cicatriz sensible para Willy.

-¿Lo viene a recoger más tarde?- preguntó después de terminar su primer Sandwich, y Quackity se resignó a dejar a medio comer el suyo.

-No, me trajo dos maletas para Titánicus-.

-¿Dos maletas? ¿Qué tanto necesita el niño de un día para otro?-.

-No, verás- como una curita, lo siguiente lo sacó rápido de su garganta -me lo dejó todo el verano- el silencio que siguió fue primero de confusión, y luego debido a la mirada que su padre le estaba mandando sobre la mesa.

-¿Pero qué dices? ¿No le dijiste que te vas?- se notaba que se estaba conteniendo, pero aún así su voz salió más alta de lo normal. Parecía tener la idea que si Quackity se iba él tendría que hacerse cargo, como si el pelinegro estuviera dispuesto a dejarle cualquier niño a éste hombre.

-Me dijo que lo llevara conmigo- su voz también se alzó en instinto, pero la reguló luego de que Titi soltara una queja a su lado -puede dormir conmigo en la habitación que me tiene el tío Rubius, es lo suficientemente grande para ambos-.