•°•46•°• Vino

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Estamos por el pueblo viendo tiendas y posibles regalos locales para llevarlos con nosotros.

En eso veo un termo unicornio y corro para comprarlo sujetando de la mano a Aiden y arrastrándolo conmigo.

- Quiero ese - Señalo el termo y la vendedora lo alcanza, en eso saca Aiden su tarjeta negra - No, yo lo voy a pagar amor - Saco mi tarjeta local que siempre e conservado y cancelo la compra.

Salto como niña feliz de mi nueva adquisición.

Aiden me abraza para que deje los saltos porque tengo una falda un poco corta.

- Mira allí venden chocolate caliente - Señalo el puesto y como buen esposo va a comprar dandome un beso antes de ir.

Mientras lo espero cerca de donde estacionamos el automóvil, veo hacía mi izquierda una licorería con diferentes bebidas artesanales como la que se hace a base de fresas.

Voy a echar un ojo porque Aiden está tardando algo. Entro en la tienda y me ofrecen muestras gratis de las cuales compro un par de botellas, antes de retirarme de la tienda veo una bebida que no disfrutaba desde hace mucho tiempo atrás.

- ¿Me vende dos de esas señor? - Pregunto regresando.

- Son para el consumo acá señorita - Viendo que no me las podía llevar busco mi nuevo termo como una opción viable.

- ¿Me la puede verter acá? - El señor afirma y procede a llenar mi termo con la bebida fermentada.

- Gracias - Salgo de la tienda con cuidado de no agitar el envase.

- Se terminó el chocolate pero compré para preparar cuando lleguemos - Al entrar al auto Aiden me habla.

- No hay problema amor - Arranca el vehículo rumbo a la cabaña.

No esperé a llegar a nuestro destino cuando accionó la tapa del termo para beber un poco de vino, pero grande es la sorpresa cuando el preciado líquido sale disparado a mi cara llenando hasta mi atuendo de vino.

- ¿MIA? - Aiden detiene el auto y me quita el envase de mis manos - ¿Estás bien? - Pregunta pasando un pañuelo por mi rostro.

- Siii pero entró en mis ojos - Sollozo un poco por mis irritadas fosas nasales.

- Déjame secarte - Mi esposo intenta secar mi escote, mis piernas también se encuentran bañadas en líquido morado.

Pero sus intenciones son otras cuando posa su boca en mis muslos recogiendo el líquido con su lengua en una succión sexual.

- Sabes muy bien - Murmura yendo ahora por mis pechos.

- Debes estacionarte bien - Murmuro tanteando su bulto entre las piernas.

Me hace caso y me siento en sus piernas para besarlo pero solo presiono mi trasero con el volante y la corneta nos hace reír.

- Vamos - Cruzamos a los asientos traseros en un beso arrollador.

E intentamos desnudarnos solo lo necesario, mi franelilla le bajó las tiras junto con el brasier para que me devore los senos como solo el sabe.
En medio del desastre que somos me baja mis bragas y sube mi falda para proporcionarme nalgadas y estrujar mis glúteos.

Mi cabeza colisiona con el techo del vehículo pero me importa poco cuando mi esposo tiene sus dedos en mi interior mientras muerde mis pezones con fuerza.

Salto sobre su regazo y dedos loca de placer.

- ¿Acaso me castigas papi? - Me arden mis glúteos de las fuertes palmadas.

- Pues debería por llenarte de vino antes que mi esperma - Gruñe y me jala de mi cabello para morder mi cuello y lamerlo.

- Fue un accidente ¡Aaaah ay! - Gimo cuando ingresa un dedo en mi ano.

Con una mano sosteniendo me de su cuello tomo su pene en mi mano derecha y empiezo un sube y baja por su longitud.

Llegó un momento dónde arrecuesta mi espalda en los asientos y me penetra analmente separando mis piernas lo más que mi flexibilidad lo permite, mis piernas son sostenidas por los asientos de adelante y los de atrás manteniendome súper abierta para él.

Mi falda quedó enrollada en mi cintura y mi ropa interior en algún lado botada, las embestidas hacen rebotar mis senos y Aiden los manosea a su antojo. Intento inutilmente con mis manos tocar su pecho pero Aide me restringe de hacerlo.

- Es injusto - Me quejo entre gemidos ahogados.

- Solo puedes gemir mi nombre, más no hablar muñeca - Su orden me excitó en desmedida pero también me arrechó.

Se cansó después de unos minutos de la posición y me levanta para que le dé la espalda y presionar mis adoloridos pechos en los espaldares de los asientos mantiene mis piernas un poco abiertas pero después con sus rodillas me abre más, se situa en medio y se frota de mi trasero.

Tomando me del cabello de la nuca me voltea el rostro para besar mi oreja derecha y murmurar lo bien que se siente cuando me jode por detrás.
- Amo todos y cada uno de los rincones de tu cuerpo preciosa - Muerde mi oreja y gimoteo su nombre muchas veces al borde del orgasmo.

Solo bastó dos penetraciones en los puntos presisos acompañados sus dedos en mi clítoris para hacer que nos vengamos juntos.

Después de alcanzar el cielo, me acurruco en sus brazos como bebé y suspiro con sueño. Aún tenemos la ropa sin acomodar en nuestros cuerpos pero la actividad nos relajó tanto que necesitamos unos segundos para pensar en movernos.

La noche cayó hace unas dos horas y las luces intermitentes del vehículo son las que alumbran la calle desolada de autos y personas. Mi cuerpo está pegajoso por los lametazos de Aiden en un esfuerzo placentero para quitar el vino, por suerte los asientos del auto no sufrieron daños por el acidente satisfactorio con la bebida fermentada.

Bajo Sus Encantos ©️ [+21]Where stories live. Discover now