SA | ❝ Déjame tomar tu mano y demostrarte que hay un camino hacía la tranquilidad.❞
Siempre se solía decir que la amabilidad y la lealtad de un Hufflepuff no encajaría jamás con la astucia y ambición de un Slytherin, pero que grande equivocación. Le...
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jealousy?
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Por quinta vez en lo que llevaba del día, Leia puso los en blanco, pues Grace levantaba ambas cejas y le dedicaba miradas juguetonas cuando Tom pasaba cerca de ellas. La razón era que la castaña le había contado lo sucedido la noche anterior, del como el chico le tomó la mano y se le insinuó de manera nada discreta.
—No es divertido, Grace —se quejó Leia, sin despegar la vista de sus apuntes.
El profesor Dumbledore seguía anotando en la pizarra y de vez en cuando demostraba como hacer una nueva transformación.
—Eso es lo que tú piensas —artículo la aludida, sin borrar la sonrisa pícara que tenía en los labios —. La verdad es que eres un poco aguafiestas.
Por primera vez desde que Grace comenzó a molestarla con ese tema, Leia levantó la vista del pergamino donde estaba escribiendo y adquirió un semblante de disgusto.
—Corrección —murmuró —, tú tienes un sentido del humor bastante aburrido. Además, me incómoda que me relaciones con Riddle solamente porque me tomó la mano dos veces sólo para molestarme, y he de agregar que se me insinuó para intentar ponerme nerviosa, pero lamentablemente para él no funcionó.
—Él no hace eso con cualquiera —siguió Grace con el tema. Se oponía a dejarlo de lado —. Si lo hizo es por algo.
—¿Cómo lo sabes? —cuestionó Leia, cansada —. ¿Acaso tú también eres su amiga para conocerlo?
La pelinegra ladeó sus labios y negó, para después soltar una risita.
—Es algo que todos los que estudiamos en Hogwarts sabemos, yo creo que incluso los profesores. Riddle es un amargado para esas cosas, así que no es común que lo haga.
—O tal vez lo hace cuando nadie lo ve.
Grace volvió a negar.
—Ya tuviera una novia, ¿no lo crees?
—No lo sé, Grace. Ahora déjame terminar.
—Connor y yo nos hemos puesto a pensar que harían buena pareja —señaló Grace y levantó ambas manos como si formara una oración —. Riddle y Redmayne, la pareja perfecta. Ambos son unos amargados, cerebritos, encantadores y prefectos.
Leia optó por hacer oídos sordos a lo que su mejor amiga decía y siguió apuntando.
Al terminar, se puso de pie para acercarse al profesor Dumbledore, pero al hacerlo su pluma cayó al suelo. Estuvo a punto de ponerse de cuclillas para levantarla, sin embargo, alguien más se adelantó. Por unos segundos quedó observando la pálida mano que le ofrecía su pluma, hasta que reaccionó por el carraspeo de Grace.
