21. Enamorados.

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lovers

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Gracias al silencio sepulcral que en ese momento se sentía en la habitación del pelinegro, Leia podía escuchar las palpitaciones de su corazón, que eran cada vez más intensas. Momentos atrás, Tom y Hermes se habían enfrentado a una grande disputa, donde ambos chicos optaron por utilizar los golpes.

—¿Podrías dejar de sonreír de esa forma? —le reprendió Leia, al mismo tiempo que pasaba un algodón con alcohol por el labio partido del pelinegro, quien no paraba de suspirar y sonreír.

—¿De qué forma me estás hablando? —ironizó él, fingiendo inocencia.

Leia puso los ojos en blanco y bufó, con pesadez.

—Olvídalo.

—Es curioso que los muggles curen de esta forma —continuó el chico, negándose a guardar silencio —. Aunque seré sincero, prefiero la magia, ¿y tú?

—No.

Tom hizo un puchero con sus labios y tomó la mano de la castaña para que parara de curarlo y así tener toda su atención. Ella, desvío sus mirada de los labios del chico y la dirigió hasta sus ojos, que la miraban con un destellante brillo de intensidad.

—Su frialdad me lastima, señorita Redmayne —cerró los ojos por un instante, para después abrirlos y elevar la comisura de sus labios —. Sé que estás molesta porque no lo ignoré y ahora tengo un castigo, pero Hermes se lo merecía, además, ya tenía ganas de golpearlo por ser un imbécil. 

Leia puso los ojos en blanco por segunda vez, un poco molesta. Pese a sentirse plenamente nerviosa ante la cercanía de Tom, no se dejaría intimidar, después de todo, lo había aprendido de él mismo.

—Claramente Hermes merecía eso, pero el hecho de verte pelear a golpes contra él me hizo sentir muy asustada —confesó, volviendo al asunto de curar el labio partido de su contrario —. No quería que te lastimara.

—Prometo que no volveré a hacerlo —alzó su mano derecha, con evidente emoción al escucharla decir eso —. Todo por la chica de mis sueños, o mejor podría decir... mi novia. Eso fue lo que dijiste hace unas horas si no mal recuerdo, ¿cierto?

De pronto, sintió un tenso escalofrío que recorrió toda su espina dorsal y terminó en su cabeza. Al instante, sus pálidas mejillas se tornaron de un rojo intenso, casi tan parecido al de un tomate y sus manos comenzaron a temblar.

—Sí, bueno, ya sabes... yo, yo sólo-

Al no recibir ni una sola mirada de esos lindos ojos castaños que tanto adoraba, Tom elevó el rostro de Leia con su dedo pulgar sobre su mentón. Pudo escuchar con claridad como ella pasaba saliva, completamente estupefacta.

—Necesito saber si hablabas en serio —comenzó a decir, con una voz nada propia de él, pues era una mezcla de dulzura y súplica —. Por favor, dímelo, necesito saberlo.

Acalorada por la cercanía de su contrario, la castaña volvió a pasar saliva, sintiendo como los poros de su piel desprendían cada gota de sudor que pudiera imaginar.

—Sí, hablaba en serio.

Dicho eso, la sonrisa de Tom creció aún más y comenzó a reír, como si de un bobo enamorado se tratase. 

—Júramelo —pidió en un sigiloso murmuro.

—Lo juro —dijo Leia, asimilando lo que estaba sucediendo.

Entonces, Tom se incorporó y al instante se puso de rodillas y tomó las pequeñas manos de la castaña, que no paraban de temblar. 

Por fuera podía actuar como si estuviera de lo más tranquila, sin embargo, por dentro era un mar de emociones que no podía apaciguar, mucho menos ante el tacto de las frías manos del pelinegro. 

—Necesito hacerlo como se amerita —rió en presencia del vigor que estaba experimentando, no obstante, no dejaría que dicha emoción lo venciera porque no era un cobarde a pesar de ser la primera vez que lo haría. Finalmente, soltó un leve suspiro, para luego sonreír de oreja a oreja —. Leia, en estos últimos meses mis días han sido los más satisfactorios gracias a tu presencia, así que me gustaría hacerte una pregunta muy importante. ¿Me dejarías ser tu novio?

La aludida sintió como su corazón dejaba de latir por una milésima de segundo, para después viajar hasta su garganta. La boca de su estómago sintió una fuerte opresión, que a diferencia de otras ocasiones, esa vez era de felicidad pura. 

Estaba segura de que ahora estaba lista para iniciar una relación con Tom, ya que ahora sus sentimientos eran claros y su amor por él era indudable. 

—Sí, sí quiero que seas mi novio —finalmente aceptó, en un hilo de voz. 

Tom abrió los ojos por completo, dejando ver sus brillantes ojos castaños. Por su reacción, Leia dedujo que a pesar de saber que quería estar con él, no esperaba que aceptara con facilidad. Ella comenzó a reír por lo tierno que lucia, pero fue interrumpida por los labios de Tom que compactaron con los suyos, formando uno solo.

Ahora fue su turno de desorbitar los ojos, sin embargo, segundos después se dejó llevar por la sensación de calidez que se instaló en su pecho y cerró los ojos. Tom llevó su mano hasta su cabeza y entrelazó sus dedos entre su cabello, con el cuidado suficiente de no lastimarla, por su parte, la castaña acunó el rostro del chico entre sus manos. 

Era un beso suave, que conforme pasaban los segundos, se tornaba cada vez más intenso. Una manta de cosquilleos que provocaron un intenso efecto de electricidad en su vientre bajo, la obligaron a separarse un poco. 

Tom, al percatarse de esa acción, recargó su frente sobre la de ella y sonrió con satisfacción, imaginando sus razones. Ambos se miraron fijamente, mientras sus respiraciones agitadas se unían en una mezcla, al tiempo que sus pupilas mostraban un brillo de felicidad y un toque de amor puro y sincero. Era una mirada con la que decían tan poco, pero demostraban mucho más de lo que imaginarían. 

—Jamás me cansaré de decirte lo hermosa que eres. 

Leia bajó la cabeza, con timidez y escondió su rostro en el pecho del pelinegro. Su corazón aún palpitaba con frenesí. 

—Y tú eres muy guapo —susurró, pero antes de que dijera algo más, se apresuró a añadir: —. Y sí, sé que ya lo sabes, pero mejor guarda silencio y deja de ser un egocéntrico por unos minutos. 

Entre unas cuantas risas, Tom respondió con diversión. 

—Me conoces tan bien. 

—Claro que lo hago. 








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Nota de autora:
Hola a todxs los que se toman el tiempo de leer mi fic. Vengo a agradecerles por todo el apoyo que me han dado, de verdad que me emociona mucho seguir escribiendo y me motivan con cada voto y comentario. Quiero comentarles que si no llego a responder comentarios no es porque no quiera hacerlo, sino, porque se me complica un poco porque se pierden o no tengo mucho tiempo, pero les doy un corazón, porque agradezco que se tomen el tiempo de hacerlo. Muchas gracias por todo y bienvenidos a los nuevos lectores. Besos.

SLIPPED AWAY | Tom Riddle. Where stories live. Discover now