SA | ❝ Déjame tomar tu mano y demostrarte que hay un camino hacía la tranquilidad.❞
Siempre se solía decir que la amabilidad y la lealtad de un Hufflepuff no encajaría jamás con la astucia y ambición de un Slytherin, pero que grande equivocación. Le...
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vacation
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Diciembre fue un mes bastante largo para la pareja, debido a las noches de desvelo y la recuperación de Leia, sin embargo, no podían estar más felices que nunca. Ahora su familia había crecido mucho más y estaban encantados con el nacimiento de la pequeña Yesol, en especial los padres de la castaña.
Durante las fiestas decembrinas, Tom y Leia la pasaron en el mundo muggle, junto al matrimonio Redmayne. Su madre se encargó de ayudarles con el cuidado de la bebé y les dio unos cuantos consejos al ser padres primerizos. Por su parte, Liam fue el encargado de las compras.
Al pasar dos meses, ambos decidieron que ya era hora de volver al mundo mágico, por lo que esa tarde se encontraban disfrutando de un banquete junto a los Wood, los Malfoy y los Lestrange. En el patio podían escucharse las risas de diversión de los niños más grandes: Felix, Rodolphus y Lucius.
—Es muy pequeñita aún —dijo de pronto Flora Lestrange en tono dulce, refiriéndose a Yesol.
—Pues claro que lo es —secundó Reinhard, ante las palabras de su esposa —. Apenas tiene dos meses.
—Pero cuando Rabastan tenía dos meses ya era muy grande —replicó la mujer —, incluso se veía gigante a comparación de Yesol.
—En eso Flora tiene razón —añadió Abraxas observando al bebé, quien dormía plácidamente en los brazos de su padre —. Rabastan es muy grande.
—Parece que eso lo sacó del padre —continuó Tom con diversion.
—De hecho, sí —ahora habló Connor —, es muy parecido a Reinhard.
Entonces, el mencionado sonrió con superioridad y alzó la cabeza.
—Siendo ese el caso, será tan guapo como yo.
—Esperemos que no sea tan egocéntrico.
Reinhard miró a su esposa con semblante de indignación y llevó una mano hasta su pecho.
—A eso se le llama autoestima —dijo él en forma de defensa.
—Sí, claro, lo que tú digas —Tom se cruzó de brazos y soltó una risa burlesca —. Haremos como que te creemos.
Durante todo el trayecto de la tarde, el grupo pasó recordando anécdotas de su estancia en Hogwarts y de como fue que cada uno conoció a su pareja.
Cada momento que pasaba en la vida de Leia era relativamente reconfortante, por ello siempre portaba una sonrisa que reflejaba la alegría que sentía en todo momento. Tom siempre decía que era su rayito de luz, junto a su pequeña hija.
Esa misma noche, la castaña se encontraba limpiando el clóset de su habitación. Encontró unas cuantas cosas que utilizó mientras estudiaba en Hogwarts y casi finalizando, sacó una pequeña caja color perla que dentro tenía unas cuantas fotos polaroid.
