SA | ❝ Déjame tomar tu mano y demostrarte que hay un camino hacía la tranquilidad.❞
Siempre se solía decir que la amabilidad y la lealtad de un Hufflepuff no encajaría jamás con la astucia y ambición de un Slytherin, pero que grande equivocación. Le...
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our farewell
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El cielo se tornaba cada vez más oscuro y el brillo de las estrellas comenzaban a iluminar el lugar, mientras que un joven de cabello negro intenso se encontraba frente a la lápida de su difunta esposa observando detenidamente cada detalle.
Ladeó un poco su cabeza y seguido la inclino hacía atrás, intentando asimilar el cambió drástico que dio su vida en cuestión de meses, pero a pesar de hacerlo a menudo, era imposible. Dejando salir un suspiro de agonía, se dejó caer de rodillas sobre el húmedo césped y comenzó a hiperventilar.
—Seis meses, tan solo seis meses han transcurrido desde tu partida y me duele como no podrías imaginarlo —hasta ese punto, su vista se nubló por completo a causa de las lágrimas que descendían por sus mejillas —. Mi amargo corazón ya no late de la misma forma que lo hacía como cuando tú estabas a mí lado, como cuando nuestros labios se unían en uno solo, cuando tomabas mí mano, cuando me decías cuanto me amabas.
Llevó ambas manos hasta su rostro y lo cubrió por unos segundos, hasta que sintió que le faltaba aire. Tomó una gran bocanada y con el dorso de su mano derecha limpió sus lágrimas.
—Nada es igual, ahora cuando veo nuestra habitación vacía o cuando el silencio sepulcral que invade nuestro hogar llega hasta mis oídos, me es imposible no recordar el hermoso sonido de tu voz o el de tu melodiosa risa, que era como una preciosa canción. Cierro los ojos y recuerdos de tus hermosos ojos marrones me invaden, el como cada vez que reías se hacían más pequeños. Todo de ti viene a mi mente y es una tortura, una dolorosa y complaciente tortura.
Finalizando sus palabras, sacó su varita e hizo un ligero movimiento y al instante apareció un gran girasol. Luego de admirarlo por unos segundos, lo colocó sobre la lápida de su difunta esposa.
—Es muy importante que recuerdes aún en muerte que eres la única mujer que amé, amo y amaré toda mi eternidad, y que siempre estarás en mi alma, jamás te olvidaré. Estaré agradecido por todo lo aportaste a mi vida, porque solamente llegaste a mejorarla en todos los aspectos —sonrió, para después resoplar —. No volveré en un largo tiempo, necesito hacer muchas cosas que sé que no te hubiesen gustado, pero esto lo haré por mí propia sanación. No es la manera más sana de hacerlo, sin embargo, siento que será más eficiente. Por otra parte, quiero que sepas que he dejado a Yesol bajo el cargo de Reinhard y Flora, pero debo aclararte que no tomarán nuestro papel en la vida de nuestra hija. Además, no debes preocuparte de que crezca sola, ya que Rodolphus y Rabastan serán como sus hermanos mayores, ya que ellos ahora son su nueva familia.
Finalizando el tiempo previsto, se reincorporó para darse la vuelta y marcharse, pero una delicada voz lo detuvo al instante.
