SA | ❝ Déjame tomar tu mano y demostrarte que hay un camino hacía la tranquilidad.❞
Siempre se solía decir que la amabilidad y la lealtad de un Hufflepuff no encajaría jamás con la astucia y ambición de un Slytherin, pero que grande equivocación. Le...
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harsh revelation
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—¿Se encuentra bien, señorita Redmayne?
Cuando escuchó que el profesor Dumbledore la llamó, parpadeó un par de veces y talló sus ojos con fuerza para poder prestar atención. Al percatarse de que en el aula había un silencio muy incómodo para su gusto, miró en dirección al profesor con pena.
—Lo siento, ¿qué acaba de decirme?
Dumbledore frunció el ceño por un pequeño momento y se acercó a la castaña.
—Le he preguntado que si se encuentra bien —habló con suavidad —. ¿Está todo en orden?
Leia volvió a parpadear y sobó su cabeza.
—Siendo sincera, no. No me siento nada bien.
De reojo pudo notar como Tom no la perdía de vista, en su mirada se podía apreciar cierta intriga y mucha preocupación. Por otro lado, Connor, que estaba sentado junto a ella en el mismo pupitre, sobó su espalda en forma de apoyo.
—Siendo ese el caso —dijo Dumbledore, en tono de serenidad —, le recomiendo que salga de la clase y vaya a descansar. Puedo deducir que es lo que necesita justo ahora.
—Puedo quedarme aquí —susurró con voz átona. Por alguna razón, comenzó a creer que el profesor sabía algo de lo que estaba sucediendo, ya que la miraba como si fuera capaz de leer sus pensamientos —, sólo es un dolor de cabeza.
—Insisto, señorita Redmayne.
—Profesor —habló Tom de pronto, con voz firme —, creo que lo más sensato es que alguien la acompañe. No puede ir sola por ahí.
—Tiene razón, joven Riddle —giró un poco la cabeza y observó a Connor, indicando con su mirada a que acompañara a su prima.
—Vamos, Leia, vayamos a despejarnos un poco —el rubio tomó la mano de su prima y tiró de ella con suavidad.
—Yo también podría acompañarlos, profesor —insinuó Tom, mirándolo suplicante.
—Lo más prudente es que el joven Wood lo haga, ya que él es su familia —replicó Dumbledore, comprensivo —, más tarde podrá acompañarla usted.
Sin esperar respuesta, Connor pasó su brazo por los hombros de Leia y juntos salieron del aula. Tom reprimió sus impulsos de protestar, sabía que no era el momento.
