sk8er boy 3

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Durante los siguientes tres días, los dos chicos estuvieron inmersos en continuas conversaciones. Al principio no iban más allá de unos cuantos mensajes banales, pero en el momento en el que empezaron a conectar, no habían parado en ningún momento.

Durante ese tiempo no habían vuelto a coincidir en persona. Sin embargo, ese miércoles seis de julio, Raoul despertó con varios mensajes del canario alentándolo a quedar con él esa misma tarde en el parque, alegando que podría enseñarle las cosas básicas para poder montar en skate. Pues anteriormente había descubierto el pequeño secreto del rubio por saber manejarse en el aparato.

Así que antes de lo pensado, Raoul se encontró bajando hacía el parque donde había quedado con Agoney. Esta vez no se dirigía al mismo lugar donde se había topado con él aquellas únicas dos veces. Si no que el tinerfeño le había recomendado otro parque menos transitado donde estarían más tranquilos y no habría tanta gente obstaculizando el proceso de aprendizaje del rubio.

Al llegar, el catalán se dirigió a la zona de patinaje, donde observó que el canario había tenido razón. No había ni la mitad de gente que solía estar en el otro parque. Una vez allí se paró a buscar a su amigo. ¿Amigo? ¿Eran amigos? No lo sabía. Tal vez aún no eran tan cercanos como para otorgarse ese título. Bueno, que estaba buscando a Agoney deteniendo su mirada en cada rincón, cuando observó al canario cerca de una rampa bastante grande y empinada para la poca experiencia de Raoul.

Por lo que algo temeroso se acercó al canario, que todavía no lo había visto y se paró a su lado frente a la rampa.

-Tienes planeado matarme si pretendes que me tire por esta cosa.- soltó Raoul, haciendo que Agoney se sorprendiera un poco al no haber visto al chico acercarse.

-Tranquilo, lo último que querría sería que te murieras por lanzarte por esta.- le sonrió el moreno- Me alegro de volver a verte, rubiales.

-Lo entiendo, yo también me echaría de menos.

-Vaya capullo.- susurró el moreno con una diminuta sonrisa torcida.

-Bueno, ¿me enseñas a usar esa cosa o no?- dijo el más bajo, visiblemente nervioso desde que Agoney le había dicho que se alegraba de verlo. ¿Qué se supone que significaba eso?

-Sí, pesado, pero no aquí, vamos al llano.

-¿Al llano?- preguntó Raoul confuso.

-Sí, claro, a menos que quieras que te mate tirándote por esa rampa.

-Vale, buen punto.- ambos rieron.

Cuando Agoney llegó a un lugar que pensó adecuado, frenó en seco y dejó su skate en el suelo, dándole a Raoul algunas protecciones para que se las pusiera. Mientras tanto comenzó a preguntarle algunas cosas al rubio.

-¿Tienes alguna experiencia en el skate?

-Nunca me he subido en uno.

-¿Nunca?- preguntó atónito el más alto.

-Jamás.- contestó ya levantándose con las protecciones puestas.

-Vale, entonces vamos a empezar por lo más básico. Súbete al skate e intenta mantener el equilibrio. Cuando creas que lo tienes ve cambiando entre el pie izquierdo y el derecho para encontrar la postura que más cómoda te sea para impulsarte.

Viendo como Agoney se posicionaba a un lado del skate y como lo animaba a hacer lo que decía, Raoul decidió hacerle caso y montarse en la tabla. Lo que no tenía previsto fue que ese cacharro fuera tan inestable y lo hiciera tambalearse obligándolo a aferrarse a Agoney.

-Tranquilo, no te dejaré caer.- le aseguró el canario mirándolo a los ojos, viendo la expresión de miedo en su cara. -Estaré a tu lado todo el rato. Venga, inténtalo otra vez.

ragoney headcanons✨Where stories live. Discover now