Siete Demonios [Saga Siete # 1]

En busca de la muerte

—Señorita Eileen, el consejo principal está aquí.—Informó Aegis, Levante la mirada de la tablet de Brett, estaba jugando un juego sobre adivinar palabras basándome en imágenes.

—¿Qué se supone que hacen aquí? —Pedí sin ganas de levantarme a verle la cara a nadie.

—Es urgente, están en el salón de cuadros.—Respondió la Tarántula antes de irse.

Lo pensé un momento, ir o no ir, la opción de no ir es tentadora, pero mi alma husmeadora no me perdonaría saber que en ese cuarto me dirán chismes interesantes.

Me dirigí sin ninguna prisa al salón de cuadros, aun vestía la supuesta pijama, no me había duchado y muchos menos peinado, pero me daba igual, era culpa del mal cosplay de Elsa el que no hayan traído mi ropa.

Abrí la puerta, del otro lado de la habitación había una mesa larga, con ocho sillas, siete ya estaban ocupadas, por Mysti, Alexander, Jared (El Arcángel Gabriel).

Los otros cuatro eran una chica de rasgos japoneses, de cabello negro, ojos oscuros. El otro era un chico veinteañero de expresión divertida pero sádica, cabello castaño y ojos cafés. La otra chica era morena con el cabello rizado color café y ojos grandes y expresivos del mismo color y el último chico lo conocía del instituto un rubio bronceado generico que vi algunas veces. 

—Hola Eileen.—Saludó Mysti antes de hacerme señas para que me sentara a la cabeza de la mesa, me senté y los mire expectante.

—No te saludare, me caes mal.—Dije en respuesta del saludo que ella esperaba que devolviera, Mysti arrugo la cara.

—Está Bien...Ha ocurrido un gran problema y tendrás que resolverlo para mostrar tu valor—Contó Mysti sin miramientos. 

—¿Y Pacem? —Pregunte.

—Les toca a los Guides tal tarea, partirás esta noche a Morthe Hills, tienes que encontrar a la Muerte.—Reveló, me tense.

—¿Muerte?¿Cuál Muerte? —Inquirí nerviosa.

—La Muerte, la única y universal representación de la Muerte.—Explicó la bruja anciana.

—Primero que nada, no puedo hacer nada, Segundo, ¿Para que quieren a la muerte? y tercero, ¡Estás loca si crees que iré a buscar a la maldita muerte!¿Por qué no vas tú? —Me levante de la mesa con enojo, ¿Quien se cree esta vieja loca? Por si no se ha dado cuenta no tengo ni el poder de comer sin hacer ruido. 

—No hay necsidad alguna de que me levantes la voz, te pido esto porque ahora tu eres la Delecti y es tu deber. —Plantó la bruja con voz dura. 

—¿Tengo que ir sola? —Pregunte haciendó un puchero y colocando ojos de borrego a medio morir.

—Sí, tienes que ir sola.—Confirmó Mysti, la mire mal.

—No te preocupes Eileen, tus poderes ya estan en ebullición.—Me dijó el rubio generico que habia visto del instituto con una sonrisa, lo mire y enseguida desvíe la mirada, nadie le pidió la opinión a ese extra. 

—¿Y si me dan un arma? Algo... ¿No? —Insistí sin éxito.

—No.—Negó Alexander con una sonrisita de demonio loco, si que se parece a su papá. 

—¿Y si muero? —Llore falsamente.

—Eres inmortal.—Dijó Jared con cara de palo, deje el teatro, bueno eso no había salido bien.

—Ya vete.—Dijo Alexander señalándome la puerta.

—Oblígame.—Dije abrazándome a la silla.

***