Siete Demonios [Saga Siete # 1]

No podía faltar el colado

—El reconocimiento es para...Brett Bane.

Aplaudí como el resto de repertorio.

—¡Wooh!¡Sí!¡Eres el mejor! —Grite colocado mis manos al rededor mi boca. Cuando Brett pasó frente a la mesa donde estaba se acercó y chocó mis manos, después fue al escenario y recibió el sobre.

—Gracias, en serio...Todos los demás Guides son geniales, Derek, Elena, Alyda, Nathaniel y Mia que no pudo estar presente. Eh...Le agradezco a Eileen por ser tan buena persona, ella es maravillosa...Ella será una grandiosa Delecti en su transcurso.

—Awww me conmueves.—Susurre quitándome una lagrima imaginaria.

Aplaudí junto con los demás.

—Bueno, esto esta interesante...—Murmuró Natasha

—¿Por qué lo dices? —Inquirí examinándola, ella sonrió misteriosa.

—Suena muy íntimo, como si tuvieran algo más allá que sus papeles de Delecti y Guide respectivamente.—Dijó todas las palabras lentamente como si las estuviera sopesando

—No tenemos nada más allá de amistad.—dije sonriendo cansinamente.

—Bueno, te creeré.—Se encogió de hombros Natasha. La mire con algo de molestia pero decidí mejor ignorarla, muchas personas de ahora en adelante insinuarían cosas con respecto a mí, tendría que acostumbrarme.

Los reconocimientos siguieron, hasta pos dos horas más, ya me empezaba a aburrir o mejor dicho ya me había aburrido.

—¡Eileen nos vamos!¡Corre! —Me apuró Brett tomándome del brazo, lo mire exaltada.

—¿Qué paso? —Inquirí preocupada.

—¿Me permiten interrumpir? —Inquirió una voz desde el escenario, mire para regresarme a Brett con horror.

—¿Qué hace el aquí? —Pregunte soltando el agarre de Brett y colocándome a su lado, definitivamente no me dejaría intimidar por él.

Paladio estaba en el escenario sonriendo mientras sostenía por el cuello a una mujer que era la Madre de Álainn la cal iba anunciar un reconocimiento.

—¡¿Cómo es eso posible?! , ¡¿Cómo está vivo?! —Se escuchaba exclamar en todo el lugar.

Paladio estaba muerto, ese era El miedo haciéndose pasar por él. Camine hacia el escenario, al parecer nadie se fijó en mí, estaban muy ocupados haciéndose preguntas y estando muy asustados

—Oh, Eileen...Es bueno verte de nuevo.—Se río Paladio.

—Paladio está muerto, tu eres Andrew... ¿Por qué insistes en jugar estos juegos?¿Es que acaso no tienes un hobbie?...Que vayas por ahí haciéndote pasar por otros es ridículo e infantil, Da la cara o es que acaso... ¿tienes miedo?

—¡Oh, vaya!...Eres valiente, lo tengo que reconocer, pero si, tienes razón, esto de estar con forma de un cuarentón es molesto.—Se encogió de hombros lanzando a la madre de Álainn a un lado y cambiando instantáneamente de forma. Se veía justo como lo había visto en mi sueño.

—¿Qué haces aquí? —Inquirí.

—Dando un mensaje...Tal vez no deberías preocuparse solo por mi...Cosas peores que yo están por resurgir...Todo lo que conocen dentro de cien años no existirá...Pero disfruten sus años de paz. Ah y una cosa...Eileen te ves encantadora.—Informó viendo a la multitud que trataba de escapar y por ultimo a mí, el desapareció como una nube gris de humo que sobrevoló por la multitud antes de salir por uno de los vidrieros del techo el cual rompió haciendo que llovieran vidrios.

No pude reaccionar porque Nathaniel me tomo por el brazo jalándome hacia algún lugar detrás del escenario, ahí se encontraban lo demás guides, además de Mysti, Freya, Alexander y los padres de Nathaniel.

—Eileen, ¿Qué ha sido eso? —Inquirió el padre de Nathaniel.

—Nada.—Respondí tajante, los ojos del Demonio se volvieron oscuros. —Ahórrese eso...Usted puede ser el rey de los demonios, pero no soy un demonio, sus reglas no aplican conmigo.

Él iba a abrir la boca para gritarme una sarta de cosas que de seguro me tenían sin cuidado pero Deborah puso su mano en su hombro y desaparecieron.

—Eres mi ídola.—Susurró Freya desapareciendo.

—Es impresionante que alguien le responda así y siga vivo...Que bueno es tenerte como cuñada—Comento Alexander, antes de desaparecer.

—¡¿Cuñada?! —Exclame con horror.

—Eileen tenemos que hablar.—Me jaló Mysti, salimos por una puerta trasera. Me hizo entrar a una camioneta oscura que arranco apenas subimos en los puestos de atrás.

—¿Qué es lo que no se?

—Peinarte como alguien normal.

—¡Eileen! —Exclamó Mysti enojada.

—Él se había aparecido en mis sueños, dijo que Paladio había estado muerto desde hace mucho tiempo y ya...No se mas a respecto.—Hable moviendo mis manos en mi regazo.

—¿No hay más? —Inquirió.

—No.

—Bien.

El viaje se sumó en un silencio incomodo, cuando llegamos a casa baje volando prácticamente.

Me quite los tacones y subí rápidamente a mi habitación para lanzarlos en algún lugar. Entre al baño por el cual necesitaba demasiado. Cuando termine me di una ducha y me puse el pijama para bajar al salón donde estaba Alyda viendo la televisión.

—¿Qué ves? — Pregunte sentándome en el sofá donde ella esta acostada

—La Gala de Reinos.—Señalo, mire la pantalla para ver que efectivamente estaban dando la Gala de Reinos y apena estaban por la parte donde Deborah daba la bienvenida.

—No sabía que esto salía por televisión.—Susurre acomodándome para ver mejor—¡Súbele, Alada!

—Se perdió el mando a distancia.—Murmuró Alyda buscándolo.

—¡Yo lo tengo! —Salto Brett tirándose en el sofá.

—¡Ay animal! —Se quejó Alyda empujándolo.

—Yo quiero ver el programa.—Entró en el salón Elena y se acomodó en la alfombra frente al sofá.

Momentos después Tony y Nathaniel se unieron.

El programa era sin anuncios lo cual era lo más genial del mundo. Cuando Alexander recibió el reconocimiento, aparecieron dos chicas que al parecer eran comentaristas.

—El Príncipe de los Demonios Alexander Darkness en su tercera vez consecutiva ganando el reconocimiento a figura masculina del año...Se ve hasta más guapo este año.

—Definitivamente, él es uno de los hombres más guapos que he visto...Es una lástima que se rumora fuertemente que tiene una relación secreta probablemente con Amara Crossbow, hermana mayor de la Delecti, Eileen Crossbow

—Si...Bueno, no hay que perder la ilusión hasta que veamos una foto o algo que lo compruebe, ¿O no?, después de todo la esperanza es lo último en perderse.

—¿Nathaniel y Amara están saliendo? —Inquirió Elena girando a verme.

—No sé, tengo que hablar con mi hermana.—Respondí.

La escena cambio y apareció Álainn para decir la figura femenina.

—No le caíste bien, Eileen.—Se burló Brett

—Nadie le cayó bien y tampoco nos cayó bien a nosotros...Cuando leyó tu nombre tenia cara de estreñida.—Comento Alyda, todos nos reímos, la cara de Álainn había sido épica.