|04

14 3 21
                                    

1. Primer rayo del alba para recuperar el calor de la vida y renacer con gran sabiduría y poder de liderazgo.

- ¿Qué crees que pueda significar esto? - La voz del joven príncipe resonó entre las paredes de su recámara mientras su amigo se entretenía afilando su espada.

- "Primer rayo del alba"... - El bicolor hizo una pausa para pensar mejor - A juzgar por el sobrenombre, tendremos que partir hacia el horizonte.

- ¿Hacia las Montañas de Sangre? - Bailong asintió, acercándose al balcón y viendo hacia dicha localización.

- El pueblo ha esparcido la leyenda urbana sobre que ese nombre se debe a algunas batallas de hace siglos, pero es una explicación totalmente alejada de la realidad. Ese nombre deriva del hecho de que, cada vez que amanece y atardece, el reflejo del sol en el lago al pie de la montaña hace que se vean rojizas - Los orbes ámbar de Víctor se mantenían fijos en el.

- Sabes bastante sobre el reino... Incluso más que yo, algo irónico teniendo en cuenta mi linaje - El mayor dejo escapar una sonrisa divertida mientras se sentaba en la baranda.

- Si hay algo que he aprendido al estar en el camino entre la nobleza y el pueblo raso es que jamás puedes conformarte con creer lo que diga la gente. Para conocer algo, tú mismo debes armarte de valor y salir a investigar, o de lo contrario estarás estancado en la ignorancia para siempre - Una pequeña y divertida sonrisa asomó en los labios del menor.

- Jamás pensé que te escucharía decir algo tan profundo, normalmente eres más de lanzarte a la aventura sin pensar - El mayor rodó la mirada, con una leve pero divertida sonrisa - ¿Y qué se supone que te ha hecho descubrir esta lección de vida?

- Supongo que el pasado o la naturaleza... - Aquella respuesta fue pobre, pero Víctor prefirió no insistir en el tema, algo en el tono de voz del mayor le indicaba que prefería no hablar de ello.

En el fondo, a pesar de su longeva amistad, por momentos parecían desconocidos. Se habían criado juntos, como si fuesen hermanos, pero ambos guardaban en su interior demasiados secretos, pozos oscuros y sin fondo de los que solo ellos tenían conocimiento y que parecían poder destrozarles si salían a la luz.

- Será mejor que partamos hacia las montañas antes de que atardezca - Víctor asintió antes de tomar sus cosas y levantarse, viéndole de reojo de vez en cuando. Sabía que algo no iba bien, pero se quedó al margen.

Al igual que el día anterior, esperaron a que no hubiese vigilancia antes de tomar a los caballos y salir del castillo. Guiverno y Lancelot parecían algo más animados al ver de nuevo a sus dos jinetes, y en cierto modo eso resultó de ayuda para que, ante la señal de Bailong, ambas bestias comenzasen a galopar hacia las montañas.

- Oye Bailong - El llamado de Víctor hizo que el bicolor girase el rostro hacia él - ¿En estas montañas está alguno de esos magos inferiores que mencionaste ayer? 

- Sí, de hecho le conozco. Es un chico amable y empático, estoy seguro de que podremos conseguir que nos dé lo que necesitamos - Un suspiro de alivio escapó de los labios del joven príncipe ante la decisión que resonaba en la voz de su amigo.

- Espero que estés en lo cierto, quiero que Vlad pueda recuperarse cuanto antes - La mirada de Bailong seguía fija en su compañero.

- De todos modos, ¿por qué te empeñas tanto en que Vladimir pueda volver a su puesto como rey en vez de asumirlo tú? Sabes tan bien como yo que, en cualquier momento, te tocará sucederle en el trono - Las manos de Víctor se tensaron en torno a las riendas ante aquella realidad.

- Soy consciente de ello, pero todavía no me siento preparado, eso es todo - La respuesta cortante de Víctor hizo que el bicolor fijase su mirada en el frente.

- Si sigues estancado en el miedo y la indecisión, jamás podrás disfrutar de tu vida y de aquello que te depara - Tras esas palabras, Bailong espoleó a Guiverno para acelerar el galope.

Aquel gesto pilló desprevenido a Víctor. A pesar de su tono, tranquilo y neutral por naturaleza, algo en la voz de Bailong había sonado sombrío, como si se tratase de una amenaza o de algún tipo de advertencia, como si su amigo viese un peligro que él no lograba contemplar.

El viaje continuó durante un tiempo que ninguno de los dos chicos sabría definir, pero en el momento en que los primeros rayos de luz comenzaban a ocultarse, ambos se encontraban ya en el lago frente a las Montañas de Sangre, dejando que sus caballos bebiesen como recompensa por la dura travesía.

- Vamos, él estará cerca - Ante la voz decidida de Bailong, los dos jóvenes se pusieron en camino, subiendo la gran escalinata que llevaba a la cima de una de las montañas. 

La subida pareció eterna, pero antes de lo esperado, los dos habían llegado a la zona más alta de la montaña. Allí, Víctor pudo comprobar cómo la figura de un joven de su misma edad permanecía sentada en unas rocas, contemplando embelesado cómo los últimos rayos del atardecer eran devorados por el horizonte, tiñendo el cielo lentamente de colores oscuros y pequeñas estrellas brillantes.

- Habéis tardado menos de lo que pensaba, Bailong - La voz cálida y tranquila de aquel chico pareció reconfortar al momento a Víctor.

- Ha pasado mucho tiempo desde nuestro último encuentro, Sol - El chico de mechones naranjas se giró hacia ellos, sonriendo levemente.

- Lo sé... Tu sombra es cada vez más larga - Aquellas palabras hicieron que Víctor desviase la mirada al suelo.

Lo que encontró le dejó algo fascinado. Mientras que Sol no tenía ningún tipo de sombra a pesar de los rayos de luz y la suya propia era del tamaño esperado, la sombra de su mejor amigo se expandía con una longitud vertiginosa, casi inhumana.

- No hemos venido por mí, Sol. Debemos pedirte un favor, en nombre de su alteza el rey.

- Era de imaginar si su hermano te ha acompañado en el viaje - El peliazul le miró, algo perplejo, estaba seguro de que no le había dicho en ningún momento quién era - Adelante, soy todo oídos.

Y en ese mismo momento, la noche cayó sobre el reino.

PROFECÍA ;; Inazuma Eleven GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora