Uno

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Una pequeña descripción de la pareja principal, también un poco de contexto para que entiendan mejor la lectura.

🍓 Lalisa Manoban🍓
•Omega
• Olor: Fresa
• Es analfabeta
• Antes de ser la pareja de Jennie ella vivía en un campo ayudando a sus padres.
• Pelinegra

☕ Kim Jennie☕
• Alfa
• Olor: Café
• Es dueña de la hacienda más poderosa del pueblo dónde vive
• Todos le tiene miedo
• Castaña

El pueblo dónde viven está entre las montañas y se llama "LIJIANG" como todo pueblo, las personas son muy chismosas y solo están escuchando y oyendo que decir. Todas las mañanas hay algo de que hablar.

Jennie antes de conocer a Lisa, su pareja predestinada. Ya se había casado con una Omega costurera de nombre Irene y tuvieron dos hijas, Rosé y Nayeon. Ellas no viven en la hacienda con Jennie, ellas tres viven en una casa del pueblo y tienen como patrimonio una pequeña boutique.

Jennie quiere mucho a sus dos hijas y trata de que sean felices.

La hacienda se llama "la luna" y ahí vive Lisa junto con Jennie.

Lisa vivía un poco lejos del pueblo casi en las montañas, nunca fue a una escuela por lo tanto nunca aprendió a leer y a escribir.
La hacienda si cuenta con empleados betas, pero a Jennie le gusta que lo atienda su Omega, no otra persona.

[🌻]

Jennie entra a su casa y como siempre ahí estaba Lisa para recibirla.

— ¿Cómo te fue, cariño? — cuestiona ayudando a Jennie a quitarse su saco y la corbata.

— Como siempre... — suelta un suspiro

La pelinegra asintió lentamente mientras se alejaba un poco de Jennie e iba a la cocina.

— ¿Vas a cenar o te preparo la cama? — pregunta tímida, no quería hacer enojar a Jennie.

— Hazme la cena, Omega. No comí nada en el despacho — toma asiento en el fino sofá.

Lisa empezó a calentar la cena en silencio mientras su pareja veía la televisión muy cómodamente en el sofá.

Extrañaba la Jennie de antes, la Jennie cariñosa, amable y que no la hacia sentir de menos.

Pasaron alrededor de diez minutos y ya estaba todo listo.

— Jen.. ya está la cena — informa mirando al suelo.

— Por fin, pensé que nunca estaría — se levanta del sofá y se dirige hacia el comedor.

Empezó a comer tranquilamente mientras Lisa estaba sentada a lado de ella sin decir nada, solo miraba la mesa.

— Ve preparando la cama en lo que termino de comer — ordena

Lisa asintió, se levanta lento para evitar hacer algún ruido del que se pudiera quejar su pareja. Camina hacia la grande habitación y empieza acomodar todo, también le prepara la pijama.

Fue al baño a ponerse su pijama y a cepillar sus dientes.

Cuando salió del baño Jennie estaba ahí cambiándose su camisa de vestir por la de la pijama, dejando ver su cuerpo bien trabajado y sus músculos. Inmediatamente sus mejillas tomaron un rojo carmesí.

Pasa aún lado de Jennie y se acuesta en su lado de la cama, abrazando una almohada.

— Buenas noches — dijo y cerro los ojos, sabía que si no lo decia Jennie se molestaría.

No pasaron ni diez segundos cuando Lisa sintió las delgadas y frías manos de su predestinada en su cintura. Sabía lo que significaba eso, Jennie quería tener sexo con ella. No podía negarse  ya que la castaña de seguro le daría una buena paliza.

— Lili... Hoy te extrañé mucho — susurra dejando besos en el cuello de la Omega.

— Jen, yo también te extrañe — dijo acariciando la mejilla fría de su pareja.

— Demuéstrame cuánto me extrañaste — deja un casto beso en los labios rosados de su omega, después empieza a quitar la pijama de Lisa.

[🌻]

Lisa despierta por el sonido de su alarma, la apaga y se queda un rato acostada en la cama. Su cuerpo dolía, Jennie fue brusca, como siempre. Después de unos momentos se levanta de la cama, sabía que su pareja no estaría ya que hoy tenía una cita importante con unos señores, no recordaba bien. Se fue al baño a limpiar su cuerpo, vio en el espejo su cuerpo con marcas que Jennie había hecho ayer mientras decía "eres mía"

La amaba mucho pero no quería seguir soportando todo esos malos tratos por parte de Jennie.

Lo peor del caso era su hija Nayeon, siempre iba a la hacienda a buscar a su madre y si no la encontraba le empezaba a decir cosas a ella. Su otra madre, Irene no era diferente. Siempre buscaba a Jennie para hacerle de comer y le decía uno que otro insultos. Lo peor es que Jennie, su alfa, nunca hacia o decía nada.

— Tengo que ir a comprar algunas cosas al pueblo y no puedo salir con esto — se dijo así misma tocando los chupones en su cuello.

Una vez ya cambiada, con una blusa de cuello alto para tapar esas marcas, fue caminando hasta la entrada principal. Grande fue su sorpresa al ver a Nayeon ahí parada, la hija menor de su pareja.

— Que asco — dijo mirándola de arriba hacia abajo — ¿Dónde está mi madre? — pregunta ingresando a la casa.

— No puedes pasar así, no es tu casa — reclama Lisa.

— ¡Claro que puedo, maldita zorra estúpida! — grita tomando asiento en el sofá

— No soy ninguna zorra.

— Por favor, te metiste con mi madre aún sabiendo que tenía una esposa e hijas —  hablo la Omega.

— No lo sabía... Me enteré cuando ella me trajo aquí al pueblo, además somos predestinadas — se defendió

— Como sea maldita zorra, ¿Dónde está mi madre? Me urge hablar con ella — se levantó del sofá para caminar hacia Lisa.

— Tuvo un asunto muy importante que atender fuera de aquí, regresa en la noche — responde nerviosa. Le daba miedo, esa Omega era capaz de cualquier cosa. La Omega tierna, dulce, respetuosa, amable e ingenua, solo era un fachada que le mostraba al pueblo, cuando en realidad, detrás de esa máscara se encontraba una Omega odiosa, malcriada, caprichosa, intolerable, grosera y fastidiosa. Pero claro, solo mostraba esa faceta suya con personas que odiaba, como Lisa y una que otra Omega del pueblo.

— Entonces me voy, no quiero seguir viendo tu asquerosa cara. Estúpida — lo último lo dijo en un susurro, salió de ahí azotando la puerta.

Lisa suspira tomando asiento en el sofá.

— Ojalá Jennie algún día le ponga un alto a su hija — murmura para si misma.

Estaba arta de aguantar todos los insultos de Nayeon, nunca le hizo nada para que la tratara así.

Aunque... Tal vez si se merecía eso, le quitó a su madre. Bueno ella tampoco sabía que Jennie estaba casada y con hijas; además su alfa le prometió que se iban a casar, solo necesita que Irene le dé el divorcio.

Promesas ≈Jenlisa Omegaverse≈Onde histórias criam vida. Descubra agora