45. "Encajar"

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Ya llevamos dos días en Alexandria, esos dos días estuvimos explorando el lugar y conociendo personas.

Las náuseas me despertaron, mire hacia la cocina y papá está despierto. Me levante y fui hacia él, me detuve al verlo sostener un cuchillo.

Rachel: ¿Papá? —no reaccionó.

Me acerque a él, lo tomé de la muñeca para quitarle el cuchillo, tomé el mango pero papá no lo suelta.

Rachel: Papá estamos bien, es un lugar seguro —susurre —. Puedes descansar, estamos seguros. Por favor, sueltalo.

Papá relajo su mano y le quite el cuchillo, lo coloque en su lugar. Lo tomé de los hombros y abrace.

Rick: No puedo dormir —me dijo.

Rachel: Lo sé, así que si quieres pasar el resto de la noche conmigo y mis vómitos estas bienvenido —susurre.

Rick: ¿Está aguantando tus náuseas para estar aquí contigo? —asentí —. Quieres ir, ¿no?

Rachel: Si.

Rick: Ve —corrí hacia el baño.

Me agache rápido y vomite en el retrete, papá se acercó para sujetar mi cabello.

Es peor que sólo arcadas… No, ambos lados son realmente asquerosos.

Jale la palanca y me senté apoyada contra la pared, papá se sentó a mi lado.

Rachel: ¿Podrás integrarte? —le pregunté.

Rick: Aún no lo sé, pero lo intento por Carl, Judith y por ti —sonreí.

Rachel: Trata de dormir, papá —le dije —. Estamos bien aquí.

Rick: ¿Y tú? —me levante para lavar mi boca y manos.

Rachel: Quiero tomar un pequeño paseo, necesito algo de aire fresco —termine de limpiarme —. Duerme, papá. Lo necesitas.

Salí del baño, con mucho cuidado fui a la puerta. Tomé un abrigo y sali de la casa.

Me coloque el abrigo, baje los escalones. Comencé a caminar hacia el lago.

Me detuve y tomé un gran bocado de aire, sonreí un poco.

Rachel: Espero que no seas dos o me volveré loca —coloque mi mano en mi vientre —. Y espero que no tengas el carácter de tu padre o tendremos muchos choques.

Daryl: ¿No quieres que tenga nada de mí? —voltee a verlo.

Rachel: Quizás sólo una cosa —me encogi de hombros.

Daryl: ¿Qué? —suspiré

Rachel: Te lo diré cuando ya no esté enfadada contigo —comencé a caminar hacia la casa.

Sostuvo mi brazo, voltee a verlo.

Daryl: No vas hacer esto así, no así —mantuve mi mirada en su mano —. Tengo derecho de saber que pasa con el bebé, soy su padre.

Rachel: Si, ya se eso —trate de que suelte mi brazo —. Mira, Daryl. Por el momento no quiero saber nada de ti porque cuando acusas a la madre de tu hijo de tratar abortarlo, eso habla mal de ti.

Daryl: ¿Qué querías que pensará? —se acercó —. Tenía miedo y cuando me dijeron eso…

Rachel: Era más fácil echarme la culpa, ¿no? —suspiré —. Puedes verlo o verla, jugar con el bebé y estrechar un lazo padre e hijo. Porque se que es vivir sin uno de sus padres y no quiero que el bebé pase por eso.

Daryl: ¿Y nosotros?

Rachel: Eso se acabó —aparte mi brazo con delicadeza —. Los dos cometimos errores y lo mejor será quedar como amigos, por el bien del bebé.

ℰ𝓁 𝒞𝒶𝓏𝒶𝒹ℴ𝓇 𝒴 ℒ𝒶 𝒞𝒽𝒾𝒸𝒶 𝒢𝓇𝒾𝓂ℯ𝓈Where stories live. Discover now