『 13 』

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Corría por los pasillos mirando hacia atrás algunas veces debido a el miedo que ahora mismo sentía debido a todo lo que estaba pasando.

Acababa a penas de despertar y unos conejos rosados le habían secuestrado, luego aparece Tsukasa y... El resto es confuso.

Ese no parecía ser su hermano, no a quien conoció desde pequeños.

Al no ser muy bueno en deportes decidió dejar de correr un poco volviendo a ver hacia atrás para que tuviese certeza que ese ente no le estaba siguiendo.

Entró a los baños femeninos del lugar y al hacerlo cerro la puerta soltando así un suspiro de total alivio al ya no tenerlo cerca.

Se dejó caer al suelo mientras jadeaba un poco por como había venido hasta aquí.

Se suponía que había salvado a su hermano de acabar en el lugar que ahora tiene, Hanako-San se lo había concedido como deseo.

Ahora lo que menos deseaba era ver el rostro de su hermano rondando por el lugar debido a que le hace recordar de inmediato el como lo asesino sin piedad alguna, como lo torturó por la envidia y rabia que le daba verle siempre tan feliz al lado de sus padres

Hizo todo eso... Y aún así Tsukasa le quería.

Definitivamente había tomado muy malas decisiones, jamás dejo que él mostrará sus verdaderas emociones al siempre callarlo con juegos y demás cosas.

Los ojos y expresión llenas de miedo aún las tiene en la cabeza, no las puede olvidar al ser algo que siempre quería recordar, pero ahora no son más que una tortura hacia si mismo.

Al ser el mayor debió proteger a su gemelo, pero en vez de ello decidió jugar con su persona, burlarse, golpearlo, humillarlo, pisorearlo y asesinarlo.

¿Por qué llegó tan lejos?

No pedirá perdón por esas cosas, sabe que estas no se pueden ir fácilmente, sabe... Que todo lo que hizo no se resuelve con esas palabras pequeñas.

Su mano se paso por su rostro y se quito la gorra que estaba portando. La vio unos momentos y luego la dejó a un lado.

De a poco se fue encogiendo hasta que su rostro acabó en sus rodillas comenzando a salir las lágrimas por las múltiples emociones que se le habían generado.

Lo único que había querido ahora... Es que su pariente estuviese lejos de aquí, no qué... Quedase encerrado.

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Golpeó la pared con fuerza un par de veces notando como la sangre salía de el pequeño espectro que había tomado para quitarse el enojo que ahora tenía.

Había ayudado a Amane del mejor modo que pudo, pero este parecía no desear verlo, otra vez.

Su deseo lo cumplió la fémina, más no quitaba que el de uniforme antiguo huyera cuando le vea.

Había cambiado para ser aceptado por la única persona que le importa en esta y otra vidas. Intento ser como se supone que él quería, pero no funciona, no lo hace, no puede complacerlo.

Aparte del enojo también tenía tristeza por esa falta de aceptación que ha buscado desde aquel día en donde su hermano enterró aquella manzana acaramelada en su cabello.

Desde ese día hizo todo lo posible para no ser odiado por él, sin embargo, nada sirvió, esa mirada llena de odio sigue vigente.

Suspiro y soltó lo que tenía en su mano viendo así como su mano ahora estaba manchada por la sangre que llegaba a gotear un poco.

¿ᴘᴏʀ ǫᴜᴇ ᴍᴇ ᴏᴅɪᴀs ᴀᴍᴀɴᴇ? [ɢᴇᴍᴇʟᴏs ʏᴜɢɪ] Where stories live. Discover now