¿ᴘᴏʀ ǫᴜᴇ ᴍᴇ ᴏᴅɪᴀs ᴀᴍᴀɴᴇ? [ɢᴇᴍᴇʟᴏs ʏᴜɢɪ]

『 O6 』

18 de Julio de 1969

— Hum... Veamos —

Movía sus pies de forma sincronizada, mientras portaba un libro de color blanco en sus manos, veía con detalle cada hoja. Una sonrisa apareció en sus labios finos, notando como de a poco las páginas comenzaban a tornarse rojas, suspiro y cerró el libro para dejarlo a un lado.

— Es el mejor trabajo que me han hecho —

Dejó un par de caramelos a su lado, viendo con claridad como los espectros pequeños tomaban posesión de los mismos.

— Mokke, ¿quisieran ganar un premio más grande? —

Notó como los conejos le confirmaron su colaboración, claro, a cambio de unos dulces.

— Bueno, necesito un favor... — Llevó su mirada hacia el ventanal y su sonrisa se amplio — Quiero que traigan a Yugi —

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— Amane —

Él mayor le vio y arqueo una ceja esperando que dijera lo que quería, era raro que Tsukasa empezará una conversación.

— Lo he estado pensando, y, bueno... Quisiera- —

— No tengo tiempo, debo ir a clases, mejor ve a la tuya — Se giró y estaba a punto de irse, más vio de nuevo a su hermano y sonrió — Cuidate, Tsukasa — acarició los cabellos contrarios y terminó por comenzar a retirarse — ¡Nos vemos! —

Él menor se quedo confundido, y su cabeza sólo mostraba la sonrisa de su hermano, aquella que por primera vez había sido dirigida hacia él sin otra intención.

— Amane... —

Una sonrisa se formuló en su expresión, la alegría que sentía en ese momento no se comparaba a ningún otro día, podría decir que está era su mejor mañana.

— ¿Ugh? ¡Yugi Tsukasa! —

Él nombrado salió del trance y dirigió la mirada a quien le llamaba, más sus ojos se abrieron al notar que era su profesor, Tsuchigomori. Trago saliva y comenzó a correr, escuchando como él mayor trataba de seguirlo.

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Ya no estaba seguro por donde corría, tampoco si el hombre aún lo perseguía, más no dejaba de seguir con su acción.

— Creo que lo- —

Quedó en blanco, sintiendo como había tropezado con algo, sin más cayó, comenzando a rodar por las escaleras que estaban frente de él.

No podía ver ya que había cerrado los ojos, no quería saber que pasaba, no quería abrir sus ojos ante los golpes que sentía.

Por suerte había dejado de caer, pues ya estaba sobre una superficie plana.

No se podía levantar, su cuerpo le dolía demasiado, tanto que quería soltar un grito, más de sus cuerdas vocales no salía.

— Ow~ ya te trajeron —

Tsukasa elevó un poco la mirada, notando como una fémina estaba frente a él sentada mientras lo veía con una sonrisa.