12. Sentimientos e inseguridades

29 4 0
                                    

Estoy sentada en el suelo de mi habitación.

Son las tantas de la mañana, me he despertado hace poco y no he podido volver a dormirme.

Mus se quedó dormida a mis pies y cuando me he levantado se ha bajado conmigo de la cama.

Me siento mal, culpable. No tengo ningún motivo para haberme enfadado con Tay, él no tiene la culpa. A todos nos pueden surgir planes o problemas, pero no quiero decírselo como sugiere Lis. No quiero contarle como me siento.

¿Y si le molesto?

¿Y si cree que soy muy pesada?

¿Y si piensa que le necesito, que no se estar sola?

¿Y si siente pena por mí?

Imagínate que se lo cuento, le digo que me encuentro mal, que cuando me ignora o no contesta mis mensajes me siento sola, que a veces tiene contestaciones que me hacen pequeña ante él, me siento inferior.

Él no es malo, soy yo, que estoy rota.

Me han roto.

Ya me han tratado así, me hicieron sentir que valía menos, o incluso que no valía. Si pienso en mi soy una egoísta, por lo que siempre tiendo a pensar en los demás.

Tengo poemas sobre toda esa época en el cuaderno, pero cada vez que lo leo me rompo aún más.

Nunca me sentí suficiente, y a día de hoy sigo sintiéndome así, sinceramente.

Siempre doy lo mejor de mi con la seguridad de que nadie dará tanto por mí como yo doy por ellos.

Créeme que es horrible que te hagan sentir así, sobre todo si luego crees que esas personas llevan la razón.

Me pasé años llevando ropa ancha, ropa que me tapase lo máximo posible.

Me dijeron que mi cuerpo no era atractivo y me lo creí.

Y lo peor de todo es que a día de hoy sigo sin sentirme 100% a gusto cuando me pongo ropa corta por el '¿Qué dirán de mí?'.

Es injusto que no podamos sentirnos bien siendo nosotros mismos por la falta de educación del resto de personas que en vez de vivir su vida se enfocan en la de los demás.

Estoy cansada de sentirme así, la gente hace mucho daño sin motivo.

*****

Se escuchan unos pasos en el pasillo y llaman a mi puerta.

-Princesa, ¿estás bien?

Me levanto y le abro la puerta a Carl.

-Me he despertado y te he escuchado llorar, ¿pasa algo?- Asiento, pero mi cuerpo me traiciona y me pongo a llorar aún más.

Se acerca a mí y me abraza.

-¿Quieres contármelo?

-¿Te acuerdas de Denzel?

-Como para olvidarlo...

-Estaba pensando en lo que hizo.

-Ay, cariño.

-Bueno, él y todos los que vinieron después. ¿Por qué la gente es tan cruel?

-Ojala supiese contestarte.

-¿Por qué después de haber sido tratada así soy yo la que lo sigue pensando, lo que lo sigue pagando mientras a ellos les dará igual?

-¿Quieres hablar de ello?- se que a Carl no se le dan demasiado bien las palabras. Él es más de demostrar.

-¿Quieres saber por qué rompí con Ro?

-Dijiste que fue su culpa.

-Así fue. Me puso los cuernos. Me buscó a mí en los brazos de otra, y aún así me culpó a mí por no ser suficiente para él. Se rió de mí durante semanas y cuando me enteré de lo que hacía se lo comenté, me llamó paranoica, me llamó de todo y me dejó como si todo lo hubiese causado yo.

-Nunca me lo habías contado.

-No era de mi agrado decir precisamente que me habían dejado por no ser suficiente.

Se abre la puerta poco a poco.

-¿Estáis aquí de cotilleo y no me invitáis?- Matt se cuela entre nosotros y justo ve las lágrimas corriendo por mis mejillas-. ¿Quién te ha hecho daño? ¿Tengo que matar a ese maldito guitarrista?

-No, no te preocupes. Tay no ha hecho nada.

-Aún...

-¿Por qué piensas que la va a cagar?

-Porque todos lo hacen, vales mucho y nadie sabe qué hacer con tanto. Salvo yo, claro.

-Ella te permite las bromitas, pero como la tocases un pelo te mataba.

-Eso no es justo, deberías apoyarme. Yo estaba antes que ella.

-Pero ella es mi hermana y tú un pesado.

Son momentos como este en el que estamos los tres solos, haciendo tonterías e intentando animarnos los unos a los otros cuando todo va mal en los que me doy cuenta de que ellos son mi lugar seguro.

-Oye chicos, os quiero. No me faltéis nunca, por favor.

-¿Te vas a poner ñoña, preciosa?

Suena un teléfono al final del pasillo.

-Mierda, ¿ya son las 6?

-Supongo, ¿por?

-Me tengo que ir a trabajar, hoy tengo reuniones desde primera hora, lo bueno es que luego vuelvo pronto.

-Buena suerte.

-Gracias. ¿Vosotros hoy que hacéis?

-Yo tengo que ir a trabajar por la tarde, pero mañana libro.

-Yo tengo este finde libre, no abrimos la cafetería.

Carl se va y nos quedamos Matt y yo tumbados en mi cama.

Me acomodo apoyándome en él.

-Podría pasarme horas así.

-Yo también.

Estoy demasiado cansada, llevo días sin dormir bien.

Matt empieza a hacerme caricias en el pelo.

((MATT))

-¿Ayara?

No contesta.

Se ha quedado dormida. Normal, tiene demasiadas cosas en la cabeza. No puede descansar bien.

Sinceramente no creo que este nuevo chico lo esté haciendo bien, no por él. No digo que no la trate de maravilla. Pero ella intenta evitar que él vea una faceta suya qué está demasiado pendiente en su vida.

Puede que sea cosa mía y Carl tenga razón.

Seguramente sean celos, pero se que por mucho que yo vaya detrás de Ayara, ella nunca me ha correspondido.

Tal vez debería intentarlo de verdad con Martha, como ella propuso antes de acabar discutiendo.

Voy a llamarla.

Me intento mover para levantarme, pero ella se pega aún más a mí.

Ay, preciosa, como me hubiese gustado que sintieses lo mismo que yo.

La quito poco a poco de encima de mi y salgo de la cama.

Me acerco a la cocina y enciendo la cafetera a la vez que hiervo agua.

Saco de mi estante un bizcocho de chocolate que hice hace un par de días en casa de mi madre.

Lo preparo todo en una bandeja y la dejo en la pequeña mesa que hay en el salón.

Vuelvo al cuarto de Ayara y la despierto con delicadeza.

-Oye, preciosa, si no vienes se acabará bebiendo Mus tu té.

-¿Me has hecho el desayuno?

-Ves, yo sí sé tratarte como a una auténtica reina.

Siempre serás túWo Geschichten leben. Entdecke jetzt