28. HRS AND HRS (JJK)

571 45 2
                                    

Hoy era uno de aquellos días en los cuales me sentía la mujer más hermosa, perfecta y sexy.

¿Por qué?

Simplemente no lo sabía.

Había dispuesto de ese día para invertirlo a mi -muy pocas veces lo hacía- pero era bastante necesario.

Luego de una larga ducha y tallar mi cuerpo hasta dejarlo suave y fragante, me dirigí hacia mi habitación, había adoptado aquella costumbre de cambiarme frente a la ventana de mi habitación, dejando que el aire natural secara a su tiempo mi cuerpo.

Sentándome al borde de mi cama con la ropa interior sobre mi piel, me dispuse a ver la compra que había hecho en ese día, no eran más que ligas y arneses de cuero y aros que rodearían mi cuerpo.

Mordí mi labio inferior, era una verdadera pena que nadie pudiera verlo... o eso creía.

Corriendo un poco más la cortina de mi habitación, observé con discimulo al adolescente que viviá frente a mi casa y al igual que mi casa, su habitación daba una perfecta vista hacia la mía. Hacía poco más de dos meses lo había descubrierto observando de más y era un tanto gracioso, ya que el chico no pasaba de los diecinueve y a mis veintiseis no era malo darle un poco de atención al chiquillo.

Cuando me aseguré que su mirada estaba sobre mi, inicie el show.

Música suave sonaba mientras los arneses se deslizaban con suavidad sobre mi piel, ajustando en los lugares correctos y dejando una imagen pecaminosa -según mi opinión- a su paso. Terminando de colocar todo sobre mi cuerpo, giré sobre mi hombro y pude divisar la mirada del chico sobre mi, sonreí. Ya le había dado su show, era hora de dormir, por lo que cerré las cortinas y me dispuse a deshacer todo lo que había hecho.

[...]

-Realmente estoy cansada- murmuré girando mi cuello lado a lado, intentando discipar el dolor que se encontraba en el.

-Ni que lo digas- murmuró Solar. -Realmente odio cuando nos doblan el turno-

-Concuerdo- respondí -Ni siquiera la paga es tan buena como para esto- bufé.

-Pero no podemos dejarlo, no aún-

-Lo sé- respondí -¿Pedimos un taxi?- pregunté guardando mis cosas.

-Lo siento cariño, Jae pasará por mi- respondió Solar. -¿Te llevamos?-

-No, no quiero interrumpir el poco tiempo a solas que tienen- sonreí -Cogeré el transporte público-

-____, es algo tarde y el servicio te deja una cuadra antes de tu casa- habló -¿Estás segura? Nosotros podemos llevarte-

-Está bien, ya lo he hecho antes- respondí -Prometo ir hablando contigo durante todo el camino-

-Eso no me deja más tranquila- respondió Solar con la preocuoación marcada en su rostro.

-Estaré bien Sol, además, llevo el gas pimienta- hablé moviendo el objeto entre mis dedos.

-Está bien- suspiró -Por favor, envíame un mensaje con tu ubicación actual cada cierto tiempo, ¿sí?-

-Lo prometo- respondí besando su mejilla -Adiós Sol, disfruta tu noche con Jae, te quiero-

-También te quiero- respondió -Recuerda los mensajes-

-¡Sí!- grité desde la puerta, antes de salir completamente.

[...]

El trayecto en el servicio público había sido más corto de lo esperado y ya me encontraba a solo una cuadra de mi casa.

Odiaba caminar.

Suspiré, acomodé la correa de mi bolso y me dispuse a caminar, siempre alerta a mi alrededor, sin embargo, luego de un par de pasos algo captó mi atención; podía jurar haber visto... sacudí mi cabeza y negué, los fantasmas no exustían.

-Debo dejar de ser tan terca- hablé para mi -Hubiera dejado que Jae junto a Sol me hubieran traido- suspiré. Seguí caminando pero aquella sensación de estar siendo seguida me tenía un tanto paranóica.

-No, nadie te está siguiendo- murmuré y caminé un poco más rápido, sin embargo, un poco antes de doblar la esquina una mano se posó en mi muñeca. -¡Sueltame!- grité sin mirar atrás y otra más rodeo mi hombro.

-Soy yo, soy yo- la voz de un hombre resonó y no me atrevía a mirarle.

-Por favor, no me haga daño-

-No deberías caminar sola tan tarde- murmuró el hombre una vez más cuando giró mi cuerpo. -Por favor, abre los ojos- pidió y con algo de miedo le abedecí.

-Joder, niño- suspiré al notar que era el adolescente frente a mi casa. -Me has dado un susto del carazo- volví a hablar goloeando esta vez su brazo y él solo sonrió.

-Lo lamento noona- murmuró con una sonrisa que no duró lo suficiente puesto que su rostro se tornó serio -Aunque me preocupa que esté caminando sola a estas horas, no es seguro-

-Estoy bien niño, ya lo he hecho antes- murmuré soltándome de su mano.

-Había un hombre siguiéndola- dijo y le miré -Estaba en el parque tomando algo con algunos amigos y los vi- suspiró -Noona, debe tener más cuidado- su mano una vez más se posó sobre mi brazo.

-Sé cuidarme lo sufiente niño- bufé.

-Mi nombre es Jungkook- gruñó.

-Bien Jungkook, no debes preocuparte- dije -Sin embargo, gracias por lo que hiciste, aunque deberías cambiar tu forma de sorprender a alguien-

-¿Quiere que la acompañe a casa?- preguntó Jungkook.

-Creo que tus amigos te esperan- señalé con la cabeza a un grupo de seis jóvenes que nos miraban. -Estaré bien- dije y le miré quedarse en silencio por lo que parecieron minutos hasta que suspiró y asintió.

-Descanse Noona y no abra su ventana esta noche- murmuró -Podría llegar a resfriarae- habló con una sonrisa burlesca pintada en su joven rostro.

-Mocoso insolente- murmuré antes de darle la espalda y alejarme de él.

Jodido día de mierda.

[...]

Jungkook's pov.

-¿Se la ha creído?- fue lo que preguntó Jimin una vez me acerqué a ellos.

-Completamente, no sospecha de mi- respondí volviendo a tomar la lata de cerveza que había dejado sobre la banca.

-Recuerda que este es tu último mes niño- habló esta vez Taehyung -Se lo debes al jefe-

-No tienes de qué preocuparte- me limité a responder -Ella estará en Omelas a más tardae la próxima semana- tomó un trago de su bebida -Pero primero será mía- sonrió y los demás le siguieron.

Tarde que temorano él acabaría con ella.

ʙᴀɴɢᴛᴀɴ ʀᴇᴀᴄᴛɪᴏɴꜱ 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora